Bernie (2012)

“Bernie”, la película de Eli Roth, es un estudio fascinante de la hipocresía humana y la fragilidad de las apariencias. Roth, conocido por su trabajo en el terror, demuestra una sorprendente habilidad para construir una atmósfera de suspense psicológico lento, una técnica que no siempre se adapta perfectamente, pero que genera una tensión palpable desde los primeros minutos. La película no ofrece el espectáculo visceral que uno podría esperar de su director, sino que se centra en la gradual erosión de la confianza y la revelación de la oscuridad que puede acechar bajo la superficie de un pequeño pueblo texano.

Jack Black ofrece una interpretación particularmente reveladora como Bernie Tiede, un hombre aparentemente inofensivo y querido por todo el vecindario. Black logra construir un personaje con una calidez engañosa, un tipo que, a simple vista, encarna la bondad. Su actuación evita caer en la caricatura, presentando una complejidad interna que se revela poco a poco a medida que la historia avanza. La clave de su éxito reside en la sutileza; no se trata de una actuación grandilocuente, sino de una delicada interpretación que sugiere una profunda inestabilidad emocional. Shirley MacLaine, por su parte, entrega una actuación sólida, aunque ligeramente contenida. Su papel como la viuda Ruth Wilder es complejo y no se reduce a un simple tropo de la mujer rica y abusiva. Su interpretación es más sutil, mostrando la soledad y el vacío que subyacen a su comportamiento. La química entre Black y MacLaine es, a menudo, inquietante, un reflejo de la falsa amabilidad que los une.

El guion, adaptado de la crónica de Paul Hill, es quizás el punto más controvertido de la película. Roth opta por un desarrollo lento del conflicto, priorizando la construcción de personajes y la exploración de la dinámica social del pueblo. Si bien esto contribuye a la atmósfera de suspense, también puede resultar en momentos de ritmo desigual. Algunas secuencias, especialmente las relacionadas con la muerte de la viuda, se sienten abruptas y poco elaboradas. La película no intenta ofrecer justificaciones para los actos de Bernie; en cambio, se concentra en mostrar las consecuencias de sus acciones y en el impacto que tienen en la comunidad. Este enfoque, aunque moralmente complejo, permite una reflexión más profunda sobre temas como la envidia, la clase social y la vulnerabilidad humana.

A pesar de sus inconsistencias, “Bernie” es una película que deja una impresión duradera. Es una pieza inquietante que desafía nuestras ideas preconcebidas sobre la bondad y la maldad. La fotografía, con tonos apagados y una paleta de colores que refleja la atmósfera desoladora del pueblo, y la banda sonora, que utiliza elementos de country y blues para acentuar la tensión, son elementos que contribuyen a la experiencia cinematográfica. En definitiva, “Bernie” es una película que invita a la reflexión y que, a pesar de sus defectos, merece la pena ser vista, no tanto por su entretenimiento puro, sino por su capacidad para hacernos cuestionar la naturaleza humana.

Nota: 7/10