Bestia de carga (2018)

“Bestia de Carga” (Load Goat) no es un thriller de acción convencional, y esa es precisamente su mayor virtud. Dirigida con una precisión quirúrgica por David Gordon Green, la película se centra en la apretada hora de Sean Haggerty (Michael Shannon), un transportista de mercancías ilegales que se encuentra atrapado en una situación desesperada. No se trata de explosiones grandilocuentes o persecuciones cinematográficas espectaculares; la tensión emerge de una manera mucho más sutil y efectiva, anclada en la fragilidad emocional del protagonista y la implacable presión del tiempo.

Michael Shannon, un actor que a menudo se limita a un arquetipo de villano o antihéroe, ofrece una actuación magistral. Su interpretación de Haggerty es profundamente inquietante, revelando la torpeza emocional y la desesperación subyacente bajo una fachada de hombre de negocios pragmático. Shannon evita la teatralidad, concentrándose en la incomodidad, el miedo y la creciente paranoia de su personaje. No es un hombre agradable, ni simpático, pero Shannon logra que el espectador se preocupe genuinamente por su supervivencia. Su mirada, a menudo vacía y llena de incertidumbre, es lo que define a Haggerty. La dirección de Gordon Green amplifica este efecto, utilizando primeros planos y tomas cerradas que acentúan la intimidad de la situación y el aislamiento del protagonista.

El guion, escrito por Gordon Green y Sean Baker, es notablemente austero, evitando adornos innecesarios. Se centra en la conversación, en las interacciones tensas entre Haggerty y los personajes con los que se cruza. Las negociaciones con el cartel son claustrofóbicas, no por la amenaza física, sino por la desesperación palpable de los involucrados. La película no ofrece respuestas fáciles; en cambio, se limita a presentar un fragmento de tiempo donde la supervivencia depende de una serie de decisiones imperfectas y el destino, aparentemente, está predeterminado. La banda sonora, minimalista y perturbadora, complementa perfectamente el tono opresivo de la película.

Sin embargo, “Bestia de Carga” no está exenta de defectos. Algunos podrían argumentar que el ritmo es lento, incluso glacial, y que la falta de personajes secundarios desarrollados resulta en un relato relativamente limitado. La ausencia de elementos narrativos predecibles puede frustrar a los espectadores que buscan un thriller convencional. No obstante, la película recompensa la paciencia del espectador con una exploración honesta y sin concesiones de la fragilidad humana frente a la brutalidad del crimen organizado. Es una obra que perdura en la memoria por su atmósfera única y su innegable impacto emocional. La película logra, a pesar de su aparente sencillez, un retrato de la desesperación y la moralidad en situaciones extremas.

Nota: 7.5/10