Bettie Page: la chica de las revistas (2005)

“Bettie Page: la chica de las revistas” es un film que, más que una biografía tradicional, se erige como una celebración hipnótica de una figura icónica del pin-up americano. La película, dirigida por Joe Santoro, se sumerge en la vida de Bettie Page en los años 50, una época de fervientes ideales conservadores y una mirada reticente a las sensualidades femeninas. No se trata de un relato cronológico y exhaustivo; más bien, el filme opta por un enfoque fragmentado, casi onírico, que evoca el subconsciente y las obsesiones de Page, reconstruyendo su pasado a través de imágenes impactantes, recuerdos confusos y flashbacks que dan pie a interpretaciones sobre su relación con el sexo, el poder y la propia representación femenina.

El verdadero éxito de la película reside en su atmósfera. La dirección visual de Santoro es exquisita, tejiendo una paleta de colores vibrantes y saturados que reflejan la estética glamurosa de la época, pero también la melancolía persistente que parece embrujar a Page. La película utiliza flashbacks y montaje de manera magistral, permitiendo que el espectador entre en la mente de la protagonista, experimentando sus dudas, sus deseos y sus miedos. A menudo, estas escenas se presentan con un efecto de descoloración, como si los recuerdos se desvanecieran, acentuando la sensación de fragilidad y pérdida.

Cristin Keller, como Bettie Page, ofrece una actuación que va más allá de la simple imitación de un icono. Keller no se limita a replicar la pose y la sonrisa de Page, sino que logra capturar su esencia: una mujer fuerte, decidida y con un profundo sentido del humor. Demuestra una increíble habilidad para transmitir la complejidad de la personalidad de Page, revelando la vulnerabilidad que se esconde tras su fachada de sensualidad y rebeldía. Los compañeros de reparto, como Kyle MacLachlan, añaden profundidad al relato, explorando las relaciones de Page con hombres influyentes y cuestionando la percepción pública de su vida.

El guion, aunque a veces se siente un poco confuso y centrado en la atmósfera más que en la narración lineal, se beneficia de un ritmo pausado que permite la construcción de la tensión. Las insinuaciones sobre sus encuentros con figuras como el senador Harry Truman (interpretado con una sorprendente frialdad por Jeffrey Dean Morgan) y el cirujano plastic surgeon, Dr. Tannenbaum (interpretado por el icónico Ben Foster), son elementos cruciales para entender la ambigüedad que rodeaba su vida. Sin embargo, la película a veces sacrifica el detalle factual en aras de la atmósfera, lo que puede resultar frustrante para aquellos que buscan una biografía precisa. No obstante, esta ambigüedad deliberada es, quizás, el principal punto fuerte del filme.

En definitiva, "Bettie Page: la chica de las revistas” es una experiencia cinematográfica inmersiva y evocadora que, en lugar de ofrecer respuestas definitivas, invita a la reflexión sobre la imagen, el consentimiento y la sexualidad femenina en una época marcada por la moralidad y la hipocresía. Es una película que perdura en la memoria, dejando al espectador con la sensación de haber vislumbrado una parte oscura y fascinante del alma de una leyenda.

Nota: 7/10