Betty Blue (1986)

“Betty Blue” (1999) es, ante todo, una película que te envuelve en una atmósfera densa y melancólica, un retrato de la soledad y el deseo de escapar del pasado. Director Hinde Berger consigue, con una fotografía en blanco y negro inigualable, crear un espacio visual que es a la vez hermoso y opresivo. La elección del blanco y negro no es simplemente estética, sino que sirve para enfatizar la ruptura de Betty, su pérdida de color y su desesperación. La paleta visual se convierte en un personaje más, reflejando la confusión emocional que permea toda la narrativa.

La película se centra en la relación entre Zorg, interpretado con una quietud magnética por瑛рлс Π. Ήεττελ, y Betty, encarnada por Νtάiιι Γκóτ. Ηεττελ ofrece una actuación sutil pero poderosa, transmitiendo una profunda introspección a través de sus ojos. Su Zorg es un hombre complejo, marcado por una historia personal que se revela de forma gradual. La actuación de Γκóτ, por otro lado, es visceral y arrolladora. Captura la locura y la vulnerabilidad de Betty con una intensidad que te atrapa desde el primer momento. Su Betty no es una heroína, sino una mujer consumida por el pasado, cuya búsqueda de justicia se convierte en una espiral descendente. La química entre ambos actores es palpable, creando un diálogo tácito que va más allá de las palabras.

El guion, adaptado de la novela homónima de Ήαανίι Ιαραλ, está cuidado pero deliberadamente lento. Berger no se apresura a revelar la verdad, permitiendo que la tensión y el misterio crezcan orgánicamente. La narrativa se basa en la insinuación y el flashback, revelando fragmentos de la historia de Betty y las circunstancias que la llevaron a su presente. Aunque la lentitud puede frustrar a algunos espectadores, contribuye a la atmósfera y permite que la historia se asiente en la mente del espectador. Sin embargo, la insistencia en los flashbacks, aunque necesarios para entender la motivación de Betty, a veces interrumpen el flujo narrativo, restando fuerza a las escenas principales.

La película no se limita a ser un thriller detectivesco, aunque la búsqueda de la verdad es un elemento central. Es, sobre todo, un estudio de personajes, una exploración de la culpa, el amor no correspondido y la búsqueda de la redención. La historia de Betty es una tragedia con múltiples capas, y la película la presenta con honestidad y sensibilidad. El final, aunque deliberadamente ambiguo, invita a la reflexión y no ofrece soluciones fáciles. El tono general es sombrío y realista, alejándose de la grandilocuencia y optando por una introspección profunda sobre la condición humana y las consecuencias de nuestros actos.

Nota: 7/10