Black Dynamite (2009)

“Black Dynamite” no es simplemente una película de acción de los 70; es una bomba de humor y una celebración vibrante de la cultura afroamericana, una declaración audaz a las convenciones del género. Spike Lee, como director y guionista, no se limita a imitar los clichés de las películas de acción de la época, sino que los subvierte magistralmente, tejiendo una sátira social disfrazada de explosiones y persecuciones. La película, estrenada en 2004, es un objeto de culto que ha resistido el paso del tiempo, manteniendo su frescura y su encanto particular.

La dirección de Lee es, por supuesto, el punto central de la película. Él juega con la estética visual, imitando los colores estridentes, las composiciones de cámara y la música soul-funk de los 70, pero sin ser imitativo. Se introduce una paleta de colores intensos y a veces surrealistas que, combinados con la dirección de primeros planos y los planos detalle, otorgan a la película una atmósfera única y casi onírica. La banda sonora, un collage de clásicos soul y funk de artistas como James Brown y Isaac Hayes, no es solo un acompañamiento, sino un personaje más, impulsando la acción y la comedia.

Las actuaciones son extraordinarias. Fred Ward, en el papel de Black Dynamite, ofrece una actuación sorprendentemente sofisticada. Su personaje no es un héroe musculoso y enérgico, sino un hombre estoico y metódico, un tipo de la vieja escuela. La química entre Ward y el resto del elenco, que incluye a Snoop Dogg, Morris Chestnut y Danny Glover, es palpable. Snoop Dogg, especialmente, se desvive con su personaje, aportando un humor absurdo y un encanto contagioso. Glover, como el jefe de policía, ofrece un contraste cómico interesante y aporta una credibilidad a la historia. La comedia no es gratuita; se basa en la dicotomía de los personajes y en la situación que se les presenta.

El guion es lo que realmente distingue a "Black Dynamite". Si bien la trama de venganza es la base, Lee la utiliza como pretexto para explorar temas como el racismo, la corrupción policial, la cultura afroamericana y la nostalgia. La forma en que se introduce la heroína en los orfanatos y la proliferación de licor adulterado en el gueto no son solo elementos de la trama, sino una crítica satírica a la desidia y la explotación que sufrían las comunidades negras en ese periodo. Lee no tiene miedo a ser provocador, pero lo hace con inteligencia y con un estilo que no se toma demasiado en serio. La película, además, está llena de referencias a la cultura popular de los años 70: la televisión, las películas de espías, el soul music y la moda. El guion, en general, es un ejemplo de guion creativo y audaz, considerando la época en la que se realizó.

“Black Dynamite” es mucho más que una simple película de acción. Es un documento cultural, una sátira social y una celebración del cine de los 70. Es una película que merece ser vista y revivida, una joya del cine independiente que ha resistido el paso del tiempo y que sigue siendo relevante hoy en día. Es un hito que ha influenciado a muchos cineastas posteriores.

Nota: 8.5/10