“Black Ghost” es una película que, a pesar de sus interesantes premisas y un giro argumental intrigante, termina sucumbiendo a una ejecución magistralmente plana. La historia, centrada en Jack Moony, un policía atormentado por la pérdida y el resentimiento racial, inicia con una fuerza palpable. La justificación para su prejuicio, fruto de una relación truncada por Stone, un abogado de raza negra, introduce una dimensión moral compleja que podría haber propiciado un drama psicológico especialmente cautivador. Sin embargo, la película no explora en profundidad esta dualidad. Se limita a presentarla como un obstáculo superficial que impide a Moony acceder a la justicia y, eventualmente, a la felicidad.
La dirección de James Carter, en general, es competente y mantiene un ritmo constante. Se aprecia una habilidad para crear ambiente, especialmente en las escenas nocturnas de la ciudad, que sugieren una atmósfera sombría y melancólica. No obstante, la estética se siente algo genérica, carente de un sello personal que la distinguiera de otras películas policiacas del género. La banda sonora, aunque efectiva en ciertos momentos para generar tensión, repite patrones previsibles, sin aportar matices. La película se queda en un territorio seguro, evitando riesgos estilísticos y narrativos.
El actor principal, Daniel Hayes, realiza una interpretación decente, pero que no alcanza la profundidad necesaria para transmitir la complejidad emocional de Jack Moony. Su mirada transmite frustración y resentimiento, pero carece de la vulnerabilidad y la humanidad que el personaje necesita para conectar genuinamente con el público. Las actuaciones secundarias, por otro lado, son competentes pero poco memorables. La química entre Hayes y Marcus Bell, quien interpreta a Stone, es notablemente forzada y la tensión romántica, aunque bien intencionada, no logra convencer. Bell ofrece un Stone ambivalente, pero su interpretación se limita a la caricatura del hombre rico y sofisticado, privando al personaje de matices. El guion, sin duda, es el punto más débil de la película. La trama se desenvolve de forma lineal y predecible, llena de clichés del género y con un ritmo acelerado que dificulta la inmersión del espectador. Los diálogos son a menudo torpes y expositivos, utilizados para justificar las motivaciones de los personajes en lugar de revelarlas a través de la acción o la interacción. La resolución del conflicto central es anticlimática, carente de impacto emocional y con una justificación lógica cuestionable.
En definitiva, "Black Ghost" es una película olvidable que, a pesar de sus intenciones nobles, se pierde en la mediocridad del género. El director no se atreve a desafiar las convenciones ni a profundizar en las complejidades del personaje, lo que resulta en una experiencia cinematográfica plana y decepcionante. Podría haber sido un buen thriller psicológico, pero se queda en ser un entretenimiento superficial y sin sustancia.
Nota: 5/10