Blancanieves y la leyenda del cazador (2012)

“Blancanieves y la leyenda del cazador” es, sin duda, una de las reinvenciones más impactantes y audaces del clásico cuento de los Hermanos Grimm. La película, dirigida por Natalie Portman, no se conforma con ofrecer una versión romántica y superficial del cuento; se sumerge en un territorio oscuro y visceral, explorando temas de poder, venganza, maternidad y el precio de la belleza. El resultado es una experiencia cinematográfica inquietante y memorable, aunque no exenta de complejidades.

Natalie Portman, además de dirigir, encarna a Ravenna, la reina malvada, con una intensidad y un horror palpable. Su Ravenna no es simplemente una villana envidiosa, sino una figura consumida por la ambición, el resentimiento y un profundo dolor. Portman logra transmitir la frialdad y la crueldad de Ravenna de una manera que va más allá de la simple teatralidad, infundiendo a la reina con una vulnerabilidad oculta que hace que su maldad sea aún más inquietante. La actuación de Chris Hemsworth como el cazador es, para ser honesto, algo decepcionante en comparación. Si bien cumple con el rol de protector, su personaje carece de profundidad y, en ocasiones, se siente como un vehículo narrativo más que un personaje completamente desarrollado. Su relación con Blancanieves, aunque central, no llega a resonar con la fuerza que merecía.

El guion, adaptado de la novela de Peter Straubhaar, es el corazón de la película. La trama no se limita a la simple búsqueda de la manzana envenenada. Se centra en el desarrollo del personaje de Blancanieves, interpretada con una sorprendente fuerza por Léa Seydoux. Su evolución, desde una joven inexperta hasta una guerrera decidida a protegerse a sí misma y a su hija, es el eje central de la narrativa. La película explora la importancia de la autosuficiencia y la supervivencia en un mundo despiadado. La fotografía es oscura y atmosférica, creando un ambiente opresivo que refuerza la sensación de peligro constante. Las escenas de acción son brutales y realistas, evitando los clichés del género y ofreciendo momentos de tensión genuina. La dirección de Portman demuestra un control asombroso del ritmo y la composición, utilizando la luz y la sombra para crear una experiencia visualmente impactante.

Sin embargo, la película no está exenta de ciertas fallas. A veces, la trama se vuelve un poco compleja y confusa, especialmente en los momentos de flashbacks que intentan explicar el pasado de Ravenna. Además, la relación entre Blancanieves y el Príncipe Azul (Sam Clafin) se siente un tanto forzada y poco convincente, desdibujando un poco la importancia de la lucha interna de Blancanieves. No obstante, la película logra superar estas pequeñas imperfecciones gracias a su atmósfera inmersiva, su dirección inteligente y la actuación magistral de Natalie Portman. "Blancanieves y la leyenda del cazador" es una reinvención del cuento de hadas que desafía las convenciones del género y ofrece una perspectiva original y perturbadora sobre la naturaleza del mal y el poder femenino.

Nota: 7.5/10