“Blinded by the Light” no es simplemente una película sobre Bruce Springsteen; es una epopeya personal teñida de autenticidad que atrapa la esencia de la experiencia de la diáspora paquistaní en el Reino Unido de los años 80. Dirigida con una sensibilidad notable por los hermanos Kulic, la película logra una rara honestidad, evitando los clichés y ofreciendo una mirada íntima a la vida de Suleiman (Sunny Gandhi), un joven paquistaní musulmán que se debate entre la tradición familiar y el anhelo de identidad en un entorno social y cultural complejo.
La dirección es magistral. Los hermanos Kulic construyen una atmósfera visual rica en detalles, empleando un uso audaz del color y la luz, especialmente en las escenas que invierten en la música de Springsteen. La banda sonora, que es mucho más que simple acompañamiento, se convierte en un elemento narrativo fundamental. La película no se limita a poner canciones de Springsteen; las integra de manera orgánica, utilizando las letras para iluminar los sentimientos y las motivaciones de los personajes. Las escenas donde Suleiman escucha “Born to Run” o “Dancing in the Dark” son palpables, resonando con una intensidad emocional que trasciende la pantalla. Observar cómo Suleiman se conecta con la música es el núcleo de la película, y la forma en que los Kulic representan esa conexión es, en mi opinión, lo más logrado de la película.
Las actuaciones son excepcionales. Sunny Gandhi ofrece una interpretación natural y conmovedora como Suleiman. Su evolución a lo largo de la película, desde la incomprensión y el rechazo hasta la aceptación de sí mismo, es creíble y profundamente humana. Riz Ahmed, como el padre de Suleiman, aporta una profundidad emocional que explora las tensiones generacionales y las dificultades de un padre inmigrante. La dinámica familiar es el corazón de la película, y Ahmed y Gandhi logran una química formidable. Las secundarias también brilla, especialmente Nalini Patel como la matriarca de la familia, que encarna la fuerza y la tradición de la comunidad paquistaní.
El guion, adaptado por los hermanos Kulic a partir de una novela de Mohsin Hamid, es inteligente y sutil. Evita simplismos y estereotipos, mostrando las complejidades de las relaciones familiares, la discriminación racial y las tensiones entre la cultura de origen y la cultura inglesa. Si bien el ritmo puede ser algo pausado para algunos espectadores acostumbrados a narraciones más vertiginosas, esta lentitud permite una inmersión completa en el mundo de Suleiman. La película no busca juzgar, sino comprender; se centra en la experiencia de un joven intentando encontrar su lugar en el mundo. La película es una celebración de la resiliencia, la identidad y el poder de la música para trascender las barreras.
En definitiva, “Blinded by the Light” es una película significativa que merece ser vista. No es solo una película sobre Bruce Springsteen, sino una historia sobre el crecimiento personal, la familia y la búsqueda de la identidad. Es una joya cinematográfica que ha dejado una huella imborrable en mí.
Nota: 8.5/10