“Block Z” es, sin duda, una película que te deja con más preguntas que respuestas, y ese, para muchos, es su principal atractivo. Dirigida por Zach Clark, la cinta se posiciona como un thriller de terror visceral y claustrofóbico, que se alimenta del miedo a lo desconocido y de la paranoia inherente a un entorno acotado como un campus universitario. La premisa, que puede parecer sencilla en el papel, se transforma en un laberinto de tensión sostenida gracias a una dirección que sabe jugar con la economía visual y el ritmo, creando momentos de genuina inquietud. Clark evita los excesos de jump scares, optando por un terror más psicológico y, a veces, perturbador.
Las actuaciones son sólidas, especialmente la de Lucy Lawless, que interpreta a la Dra. Hillers, la directora del campus. Lawless aporta una presencia imponente y una actitud firme que contrastan con la creciente desesperación del resto del grupo. Sin embargo, el verdadero motor de la historia reside en el elenco joven, y en su capacidad para transmitir el pánico y la confusión ante un evento que desafía toda lógica. La dinámica entre los personajes, con sus secretos y sus relaciones complejas, se convierte en un elemento clave para mantener el interés del espectador. No obstante, algunos diálogos resultan un poco forzados, lo que resta credibilidad a ciertas situaciones.
El guion, sin duda, es el punto más débil de la película. A pesar de la buena idea inicial, la trama se complica con el paso de los minutos, generando una maraña de explicaciones y teorías conspirativas que, en última instancia, no llegan a ningún lugar concluyente. El ritmo, aunque inicialmente efectivo, se ralentiza en el segundo acto, lo que afecta a la tensión acumulada. La película juega mucho con la ambigüedad, sugiriendo que la amenaza es algo más que una simple enfermedad, pero estas insinuaciones no se desarrollan suficientemente, dejando al espectador frustrado. La idea de una criatura que se alimenta de la desesperación y la rabia es interesante, y el diseño visual de la "cosa" -con su apariencia vagamente humana y su comportamiento preternatural- es, en general, convincente. Sin embargo, la falta de una explicación coherente para su origen y su forma de actuar resta valor a la experiencia.
En definitiva, “Block Z” es una película que tiene potencial, pero que se ve obstaculizada por un guion que no se sabe si resuelve o no sus propias preguntas. Si disfrutas de los thrillers de terror con una fuerte dosis de ambigüedad y de elementos sobrenaturales, esta película puede ser para ti. Pero si buscas una explicación lógica y satisfactoria, quizás te decepcione. Es una película que invita a la reflexión y al debate, pero que, en última instancia, deja un sabor agridulce.
Nota: 6/10