Boat Trip: Este barco es un peligro (2002)

“Boat Trip: Este barco es un peligro” es, en su esencia, una comedia romántica ligera y desenfadada, que se aferra a un cliché romántico con una audacia sorprendente. El director, Michael Rymer, logra mantener un ritmo ágil, aunque la narrativa, a pesar de sus momentos más ingeniosos, termina sufriendo por una cierta superficialidad inherente a su premisa. El problema reside, en gran medida, en la falta de profundidad con la que se exploran los personajes y sus motivaciones. Aunque se intenta plantar algunas semillas de crítica social – la búsqueda de la felicidad y la autoaceptación en un contexto de liberación gay – estas quedan relegadas a un segundo plano, relegadas a bromas y situaciones cómicas.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Ben Barnes, en el papel de Jerry, transmite con creencia su desilusión amorosa y su lenta y torpe recuperación. Su evolución, desde la melancolía inicial hasta la cautela con la que se acerca a Gabriella, es convincente. Gabriella, interpretada por Jordana Spiro, aporta un magnetismo natural y un equilibrio perfecto a la comedia. La química entre ambos actores es palpable, lo que resulta en momentos de genuino humor y ternura. Sin embargo, el resto del elenco, principalmente los personajes secundarios, se siente a menudo estéril y unidimensional, reducidos a caricaturas que sirven para impulsar la trama.

El guion, aunque entretenido y con varias situaciones cómicas, carece de la sustancia que haría que la película trascendiera su formato ligero. Las diálogos, en general, son adecuados para el tono de la película, pero a menudo son forzados y carecen de originalidad. La trama principal, centrada en el triángulo amoroso y la repentina aparición de Felicia, es predecible y poco inspiradora. Se intenta incorporar elementos de suspense, con la amenaza de un accidente marítimo, pero esta parte de la película se siente desproporcionada y poco integrada en la historia principal. El humor, aunque presente, a veces se basa en gags fáciles y estereotipos que no aportan nada nuevo a la comedia romántica.

A pesar de sus fallas, “Boat Trip” ofrece un escape agradable y divertido. La fotografía, con sus coloridos escenarios mediterráneos, y la banda sonora contribuyen a crear una atmósfera veraniega y despreocupada. La película, en última instancia, se presenta como una comedia romántica escapista, que busca entretener al espectador sin pretender ofrecerle nada más profundo. Es un film para ver en una noche de cine con amigos, pero no esperes una obra maestra cinematográfica. Simplemente, disfruta de la comedia y de la búsqueda del amor, aunque sea a bordo de un barco que podría, de hecho, ser peligroso.

Nota: 6/10