Boda en Top End (2019)

“Boda en Top End” (The Dressmaker) es un drama familiar australiano con la fuerza innegable de un western moderno, aunque con un matiz de melancolía que lo distingue. La película, dirigida con elegancia por Jane Campion, no se limita a ser una simple comedia romántica, sino que se adentra en las complejidades del pasado, la justicia personal y la búsqueda de la identidad. Campion logra crear una atmósfera palpable, transportando al espectador al árido y asolador paisaje del norte de Australia, un lugar que se convierte en un personaje más dentro de la historia.

La protagonista, Fran (Rose Byrne), regresa a su pueblo natal después de años de huir de su pasado en Francia. Su regreso no es por nostalgia, sino por la obligación de organizar la boda de su hermana Tilly (Shari Miller) y, sobre todo, por encontrar a su madre, Maggie (Jacki Weaver), quien ha desaparecido sin explicación. Fran, una costurera excepcionalmente talentosa, regresa con un pasado turbulento y una habilidad que la convierte en un arma de doble filo. La película se construye lentamente, dejando que la tensión aumente gradualmente a medida que se revelan los secretos que han mantenido a Fran alejada de su hogar. La dirección de Campion es precisa, utilizando planos largos y una paleta de colores terrosos que refuerzan la sensación de aislamiento y la dureza del entorno. El juego de cámara es deliberado y artístico, enfatizando la soledad de los personajes y la desolación del paisaje.

El núcleo de la película reside en la interpretación de Rose Byrne. Ella transmite con sutileza la complejidad de Fran, mostrando su vulnerabilidad, su ira y su determinación. La actuación de Jacki Weaver como Maggie es, simplemente, magistral. La anciana, atormentada por su pasado, ofrece una interpretación conmovedora, llena de matices y con una palpable carga emocional. La química entre Byrne y Weaver es fundamental para el éxito de la película, pues la relación entre madre e hija es la base de la historia y una fuente inagotable de conflictos y afecto. Los secundarios también cumplen con creces, dotando a los personajes secundarios con una humanidad que les permite trascender su papel meramente representativo.

El guion, adaptado de la novela homónima de Judy Mundyson, no es intrincadamente complejo, pero sí efectivo. La historia está bien construida, con un ritmo pausado que permite al espectador conectar con los personajes y sus motivaciones. La trama se centra en la búsqueda de la verdad, la confrontación con el pasado y el perdón, temas universales que Campion aborda con sensibilidad y sin simplismos. Sin embargo, la película no rehúye de la violencia y la crudeza de la vida en el Top End, mostrando las desigualdades sociales y la injusticia que aún persisten en la región. La película se convierte en un debate sobre la naturaleza de la justicia y si, a veces, la venganza es el único camino para alcanzarla.

Nota: 8/10