Body Guards - Guardie del corpo (2000)

“Body Guards – Guardie del corpo” es un torbellino de buen humor italiano que, aunque no alcanza la grandeza de las comedias clásicas del género, ofrece una experiencia cinematográfica genuinamente entretenida. Dirigida con una naturalidad casi improvisada por Neri Parenti, la película se apoya en la química palpable entre Christian De Sica y Massimo Boldi, dos actores que dominan el ritmo cómico con una facilidad innegable. Su interpretación de Leone y Pecora, dos policías a menudo incompetentes pero dotados de un corazón enorme, es el núcleo de la película y lo que la sostiene, incluso cuando la trama se desvía hacia territorios más absurdos.

La dirección de Parenti no busca sofisticación ni virtuosismo técnico. Se centra en la espontaneidad, permitiendo que las situaciones cómicas broten de la interacción entre los personajes y de las reacciones del improvisado elenco de secundarios. El giro inesperado de la trama, el intento de proteger a una famosa cantante, es un catalizador para un flujo constante de desventuras, desde encuentros con mafiosos hasta situaciones embarazosas con políticos corruptos. A pesar de lo desordenado que resulta a veces, el director logra mantener el interés del espectador, guiándolo a través de un laberinto de comedia pastelera, aunque no siempre de la mejor calidad.

Las actuaciones son el verdadero corazón de la película. De Sica, con su aire de torpeza encantadora, y Boldi, con su energía inagotable, son magníficos. Su dinámica, basada en el contraste entre la meticulosidad de Leone y el impulsividad de Pecora, es lo que hace que la comedia funcione. La comedia física, con sus caídas, empujones y situaciones caóticas, está bien ejecutada y, a veces, consigue provocar risas genuinas. Biagio Izzo, en el papel del Ciro Marmotta, añade una capa adicional de humor, ofreciendo un alivio cómico constante con su personalidad excéntrica y su constante torpeza.

Sin embargo, la película no está exenta de fallos. El guion, a veces, se vuelve demasiado dependiente de clichés y situaciones predecibles. Algunos gags se sienten forzados y el ritmo, aunque generalmente entretenido, puede llegar a ser un poco irregular. La trama secundaria, centrada en la cantante y su problema con la mafia, es menos convincente que el núcleo de la historia de los dos policías. No obstante, estos pequeños defectos no impiden que “Body Guards” sea una película agradable y accesible, ideal para una noche de cine relajada y sin pretensiones. Es una comedia que, a pesar de sus limitaciones, se beneficia enormemente de la química entre sus protagonistas.

Nota: 6/10