“Bones” (2015) no es un thriller al estilo de “Se7en” o “Zodiaco”. Es, en cambio, una película que se deleita en la atmósfera opresiva de un barrio de Chicago en declive, una crónica sombría de lealtades rotas, violencia implacable y una persistente sensación de fatalidad. La película, dirigida por Bart Freundlich, se adentra en la psique de Jimmy Bones, un antiguo boxeador convertido en líder de una pandilla en los años 70, y en su búsqueda de venganza décadas después de su trágico asesinato.
La dirección de Freundlich es meticulosa y, a menudo, lenta, pero es precisamente esta deliberada lentitud lo que genera una tensión palpable. Evita el glamour y la acción explosiva, optando por un enfoque más introspectivo, centrado en las miradas, los gestos y el silencio, elementos que transmiten la creciente desesperación de los personajes. La fotografía de Billy Lehman, con una paleta de colores apagados y un uso efectivo de la luz y la sombra, contribuye enormemente a la atmósfera claustrofóbica y melancólica de la película. Se percibe un cuidadoso estudio de la decadencia, tanto material como moral, de un lugar y de sus habitantes.
El núcleo de la película reside en la interpretación de Dan Stevens, quien ofrece una actuación magistral como Jimmy Bones. Stevens logra transmitir la ambivalencia de su personaje: un hombre que, a pesar de su pasado violento, mantiene una chispa de humanidad, una nostalgia por lo que pudo haber sido y una profunda frustración por la traición que lo ha marcado. El resto del reparto, incluyendo a Tilda Swinton, Sarah Paulson y Jeremy Renner, cumplen con creces, ofreciendo interpretaciones sólidas y convincentes. Swinton, en particular, se destaca con su interpretación de una mujer enigmática y atormentada, cuya conexión con Bones es inquietante y sugerente.
El guion, adaptado de la novela homónima de Daniel Ford, es más complejo de lo que aparenta a simple vista. Aunque la trama principal se centra en la búsqueda de venganza, la película explora temas como la corrupción, la pérdida, el amor no correspondido y la fragilidad de la memoria. Se presta especial atención a la reconstrucción del pasado de Bones, con flashbacks que no solo sirven para revelar sus motivaciones, sino también para mostrar cómo su pasado se ha convertido en una sombra que lo persigue y lo define. Sin embargo, a veces, el guion podría haber profundizado un poco más en el trasfondo de algunos personajes secundarios, dejando algunos aspectos interesantes un tanto planos.
En definitiva, "Bones" es una película inquietante, atmosférica y, en ocasiones, profundamente conmovedora. No es un thriller convencional, sino una meditación sobre el peso del pasado y la búsqueda de justicia en un mundo en el que la moralidad es relativa. Es una experiencia cinematográfica que te acompañará mucho después de que terminen los créditos. Es una obra que, aunque no siempre fácil de ver, ofrece un retrato honesto y complejo de la naturaleza humana y de las consecuencias de nuestras decisiones.
Nota: 7/10
