Boo! El Halloween de Madea (2016)

“Boo! El Halloween de Madea” es, sin duda alguna, la más reciente entrega de la saga de la inolvidable abuela Madea, y se presenta como una explosión de caos, humor exagerado y situaciones absurdas. Si esperabas un drama conmovedor o una reflexión profunda, te decepcionarás. Pero si buscas una película que te haga reír a carcajadas, que te saque una sonrisa (y quizás alguna mueca de incredulidad), entonces estás en el lugar correcto. La película, dirigida por Tyler Perry, se mueve con la incesante energía característica de sus obras, pero esta vez, la sobrecarga es notable.

La dirección de Tyler Perry continúa mostrando su dominio en la creación de ambientes caóticos y personajes memorables. El decorado para Halloween es visualmente impactante, una profusión de disfraces, decoraciones y efectos especiales que, aunque a veces carecen de sofisticación, cumplen su propósito: sumergir al espectador en un mundo de fantasía y peligro. Perry mantiene el ritmo acelerado, saltando constantemente de una escena a otra con una habilidad casi cirúrgica, aunque a veces el cambio brusco puede resultar desconcertante. La película parece querer ser un torbellino de estímulos, y aunque funciona para mantener la atención, la falta de momentos de respiración puede ser agotadora.

El núcleo de la película reside, como siempre, en la interpretación de JoAnna García Swisher como Madea, quien vuelve a encarnar a la abuela cascarrabias con su particular combinación de rudeza, sabiduría y amor incondicional. Swisher, como siempre, domina el papel con su naturalidad y su capacidad para expresar una amplia gama de emociones, desde la furia contenida hasta la ternura genuina. Sin embargo, la película desvela un elenco de secundarios igualmente interesantes: Patrice McKennith como Cora, la vecina envidiosa; Tichina Harrison como Brisco, la dependienta sosa; y Raven Goodwin como Blanca, la joven que busca desesperadamente la aprobación de Madea. Cada uno aporta su propio toque cómico a la mezcla, y las interacciones entre ellos son a menudo hilarantes.

En cuanto al guion, "Boo! El Halloween de Madea" se basa en la fórmula probada y verdadera de Tyler Perry: situaciones absurdas, diálogos ingeniosos y una buena dosis de humor negro. La trama, centrada en una serie de eventos sobrenaturales que amenazan la tranquilidad de una comunidad de vecinos, es predecible y convencional, pero lo que realmente funciona es la forma en que Perry la ejecuta. Los personajes son caricaturas, y sus motivaciones son a menudo excéntricas, pero son personajes entrañables y divertidos. Sin embargo, el guion no se aventura mucho en la exploración de temas profundos. El enfoque principal está en la comedia y el entretenimiento puro y duro. La subtrama de los adolescentes, intentando mantener la tradición familiar, se siente algo forzada y con un desarrollo superficial.

A pesar de sus defectos, "Boo! El Halloween de Madea" es una película entretenida que ofrece un respiro cómico y una dosis de nostalgia. No es una obra maestra cinematográfica, pero sí una película que cumple su propósito: hacer reír al público. Es el tipo de película que se ve con amigos, con la familia, y que, después de una larga semana, te permite olvidar tus preocupaciones por un rato. Es una dosis de escapismo puro y sin complicaciones.

Nota: 6/10