“Boogeyman 2” es una experiencia cinematográfica que, más que ofrecer un susto visceral, se posiciona como una reiteración de tropos del terror psicológico, con una ejecución que, si bien no es abiertamente mala, carece de la frescura y la profundidad que su premisa sugiere. La película se centra en Laura, una mujer con una intensa fobia al “Hombre del Saco” (The Scareman), quien se interna en un psiquiátrico aparentemente idílico, solo para descubrir que el verdadero terror reside en sus propios miedos y en la entidad sobrenatural que controla el lugar.
La dirección de Adrián García Bergel es competente, logrando mantener un ritmo pausado que favorece la creación de una atmósfera de inquietud constante. Sin embargo, a veces el ritmo se vuelve demasiado deliberado, ralentizando la película innecesariamente y perdiendo parte del impacto emocional. Se observa un esfuerzo por recrear la sensación de claustrofobia y paranoia, pero, en general, la cinematografía, aunque efectiva en ciertos momentos, no alcanza una profundidad visual que realmente impulse la historia. La iluminación, en particular, se utiliza con moderación, limitando el uso de sombras y contrastes que podrían haber intensificado la sensación de amenaza.
El elenco, liderado por Angela Bassett, aporta actuaciones sólidas y creíbles. Bassett, en particular, se destaca como la Dra. Sylvia, una psiquiatra que lucha por mantener el control en un entorno cada vez más caótico. Su interpretación es matizada y transmite la desesperación y el temor de una mujer que se enfrenta a fuerzas que no comprende. La joven Daisy Head, interpretando a la protagonista Laura, logra generar cierta empatía, aunque su personaje a veces carece de la complejidad necesaria para que el espectador se conecte plenamente con sus miedos. La película recurre a momentos de flashback que, aunque necesarios para explorar el pasado traumático de Laura, a veces interrumpen el flujo de la narrativa principal.
El guion, sin embargo, es el punto más débil de la película. Si bien la idea central de confrontar a los propios miedos es interesante, la ejecución es predecible y llena de clichés del género. Los jumpscares, aunque presentes, son abundantes y a menudo carecen de impacto real debido a su previsibilidad. Se intenta explorar la psicología de los personajes, pero estas exploraciones son superficiales y no profundizan lo suficiente en las motivaciones y los traumas de los pacientes. La trama se basa en ideas existentes y carece de originalidad, y las revelaciones finales, aunque mantienen una cierta tensión, no son particularmente memorables.
En definitiva, “Boogeyman 2” es un esfuerzo decente que, si bien no llega a ser un clásico del terror, ofrece un entretenimiento moderado para los fans del género. No obstante, su falta de originalidad y la previsibilidad de su trama impiden que sea una experiencia verdaderamente aterradora o memorable. La película sirve como un recordatorio de que la atmósfera y la psicología son elementos esenciales en el terror, y que, a veces, simplemente no se logran con la misma intensidad.
Nota: 5/10