Boogeyman 3 (2008)

“Boogeyman 3” llega al mercado con la fuerza de una actualización de software olvidada: funcional, pero con evidentes errores y un peso considerable de legado. La película, directamente disponible en formatos de video y DVD, busca capitalizar el nombre de la saga, pero no logra trascender la simple repetición de tropos del terror psicológico, una fórmula que ya ha sido exhaustivamente explorada. El film se apoya en una premisa, la sospecha de un suicidio que oculta una presencia maligna, que resulta bastante trillada, aunque la ejecución, en mi opinión, carece de la inteligencia y la sutileza que caracterizaron las entregas anteriores.

La dirección de Jake Bentley, aunque competente en el manejo de la atmósfera de suspense, se siente limitada por un presupuesto evidentemente ajustado. Se observan decisiones estilísticas repetitivas, como la proliferación de cortes rápidos y la iluminación artificial excesiva, que, en lugar de intensificar el miedo, contribuyen a crear una sensación de fatiga visual. La película intenta jugar con el miedo a lo desconocido, a lo que no se puede ver, pero su ejecución es torpe. El uso de la cámara, aunque intenta generar tensión, a menudo cae en el cliché, utilizando ángulos y movimientos que ya han sido empleados innumerables veces en el género.

El reparto, liderado por Millie Frohlich en el papel de la investigadora principal, ofrece interpretaciones sólidas. Frohlich, en particular, logra transmitir la creciente desesperación y el terror de su personaje, mostrando una evolución natural a lo largo de la trama. Sin embargo, el guion, escrito por la misma equipo, carece de originalidad y de una profundidad emocional que justifique el horror que se pretende mostrar. Los diálogos son, en general, poco convincentes y la caracterización de los personajes secundarios es superficial. La película se centra demasiado en la acción y en los jumpscares, descuidando el desarrollo de las relaciones entre los protagonistas, lo que dificulta la conexión del espectador con la historia.

Si bien “Boogeyman 3” no llega a ser una obra maestra del terror, tampoco es un fracaso absoluto. Logra mantener un nivel de tensión sostenido durante un tiempo, especialmente en las primeras etapas de la trama, y presenta algunos momentos de genuino horror. No obstante, la película se encuentra constantemente ahogada por sus propios errores. El desarrollo del “Boogeyman” mismo es demasiado rápido y poco convincente; su manifestación no se siente realmente amenazante, sino más bien como un recurso barato para provocar un susto repentino. La historia, en definitiva, se siente como una extensión mecánica de la fórmula establecida, con poca innovación y mucho reciclaje de elementos del pasado.

Nota: 5/10