Boomerang (El príncipe de las mujeres) (1992)

“Boomerang (El príncipe de las mujeres)” de Norman Jewison, estrenada en 1992, es una comedia romántica que, a pesar de su aparente simplicidad, plantea una reflexión interesante sobre el poder del afecto y las consecuencias de la manipulación. La película, que hoy en día puede parecer un poco anticuada en su estética y en algunas de sus actitudes, posee una frescura que aún hoy puede generar debate y reflexión, y que la convierte en una pieza memorable del cine de los 90.

La historia se centra en Marcus Duffield (John Cusack), un hombre exitoso y carismático que se ha convertido en un “príncipe de las mujeres”, capaz de conquistar a prácticamente cualquiera con su encanto y su estrategia de seducción. Cusack ofrece una actuación brillante, logrando transmitir la arrogancia inicial de Marcus con una mezcla de humor y una sutil vulnerabilidad. Su transformación a medida que se enfrenta a las consecuencias de sus acciones es convincente, y la película, a pesar de algunos momentos exagerados, logra generar empatía hacia él. La dirección de Jewison se centra en la observación de Marcus, permitiendo al espectador comprender su motivaciones y las secuelas de su comportamiento.

Sin embargo, el verdadero núcleo de la película reside en la llegada de Jacqueline Tupper (Uma Thurman), la nueva directora de la agencia publicitaria donde trabaja Marcus. La presencia de Jacqueline actúa como catalizador, y la película explora cómo sus acciones, inicialmente respondidas con la misma frialdad y manipulación con la que Marcus se había acostumbrado, lo llevan a un estado de profunda crisis personal. Thurman aporta una elegancia y una fuerza contenida que contrastan con la exuberancia de Marcus. Su personaje no es una heroína tradicional, sino una mujer compleja, capaz de ser tanto seductora como inteligente y reflexiva. La dinámica entre ambos personajes es el motor principal de la trama, y la película se centra en la forma en que el afecto, en lugar de ser dominado, puede cambiar el comportamiento de una persona.

La dirección de Jewison, aunque a veces cae en clichés románticos, logra mantener el interés del espectador gracias a su ritmo pausado y a su enfoque en el desarrollo psicológico de los personajes. El guion, escrito por Paul Rudnick, es inteligente y satírico, y aunque algunos diálogos pueden sentirse forzados, la película ofrece un retrato mordaz de la cultura de la seducción y del consumismo. La banda sonora, con piezas de música pop y soul, complementa a la perfección la atmósfera de la película, y contribuye a crear una experiencia cinematográfica agradable y envolvente. En definitiva, "Boomerang" no es una revolución narrativa, pero sí una obra que invita a la reflexión sobre la importancia del respeto y la reciprocidad en las relaciones humanas. Es una película entretenida y que, sorprendentemente, tiene algo de verdad.

Nota: 7/10