“Boonie Bears: Entangled Worlds” no es, estrictamente hablando, una obra maestra del cine de animación. Sin embargo, es una película que, más allá de su potencial para atraer a los más pequeños, ofrece un entretenimiento visualmente atractivo y, en ocasiones, sorprendentemente sólido en cuanto a su construcción narrativa. La película se posiciona como un viaje al multiverso, una premisa que, aunque arriesgada, se aborda con un dinamismo que, a pesar de algunos tropiezos, logra mantener el interés del espectador durante su duración.
La dirección de Sam Ginn demuestra un cuidado considerable en la creación de ambientes visuales. Cada universo al que se viaja – desde la exuberante selva de la Tierra hasta un reino cibernético lleno de efectos especiales – se diferencia claramente del otro. La atención al detalle en el diseño de escenarios y los efectos visuales es evidente, y la película se beneficia de un trabajo de animación impecable, especialmente en las escenas de acción y los momentos de transición entre mundos. No obstante, la sobreabundancia de efectos especiales, a veces, resta importancia a la narrativa, apelando más a la ostentación visual que a la profundidad emocional.
El personaje de Coco, la robot protagonista, es el punto de partida para una historia que, aunque sencilla, tiene cierto potencial. La interpretación de la actriz principal le otorga una presencia convincente, dotando a Coco de una mezcla de vulnerabilidad e inteligencia que la hace, de alguna manera, relatable. Los secundarios, por otro lado, cumplen su función sin alcanzar un alto nivel de desarrollo. El antagonista, el cazador de tesoros, se presenta como un villano caricaturesco, cumpliendo su papel de amenaza pero careciendo de una motivación profunda que lo haga realmente memorable.
La trama se mantiene a un ritmo rápido, aunque la historia carece de una complejidad que la elevaría del nivel de entretenimiento simple. La introducción de múltiples universos, aunque visualmente impactante, diluye el enfoque en el conflicto central y a veces resulta confusa. El guion, en general, se beneficia de diálogos ingeniosos y de situaciones cómicas que sacan a relucir el humor familiar. Sin embargo, la premisa de los “cuernos dorados” y la búsqueda de un tesoro místico, aunque ingeniosa, no consigue alcanzar la brillantez que merecía, quedando relegada a un mero detonante para la aventura.
En definitiva, "Boonie Bears: Entangled Worlds" es una película de animación que ofrece un entretenimiento válido para toda la familia. Aunque no destaca por su originalidad o profundidad, su estética visualmente atractiva y su ritmo ágil la convierten en una opción decente para una noche de cine. No es un hito, pero tampoco es un fracaso. Simplemente, se queda en un punto intermedio, como una aventura visualmente agradable pero carente de alma.
Nota: 6/10