“Bosque Maldito” (Crimson Peak) no es un cuento de hadas gótico, aunque pretende serlo. Guillermo del Toro, el maestro del horror con alma de cuentista, nos entrega una película visualmente deslumbrante que, sin embargo, se desangra en una narrativa algo predecible y en un guion que, a pesar de sus promesas, no logra alcanzar su máximo potencial. La película, ambientada en el Inglaterra rural de principios del siglo XX, se centra en Edith Cushing (Mia Wasikowska), una joven de clase alta que se enamora de Sir Thomas (Tom Hiddleston), un misterioso hombre que la invita a vivir en su imponente mansión, “Bosque Maldito”.
Del Toro, conocido por su meticulosidad y atención al detalle, construye un escenario absolutamente impresionante. El diseño de producción es soberano; la arquitectura decadente, los colores apagados, la niebla constante, todo contribuye a una atmósfera opresiva y llena de secretos. La dirección de arte y la fotografía de Andrew Lesnie crean imágenes que se quedan grabadas en la memoria, y las escenas de la mansión, con sus pasajes laberínticos y sus sombras amenazantes, son verdaderamente memorables. La película es, ante todo, una carta de amor a los cuentos de hadas góticos y a la arquitectura victoriana. Del Toro recupera el espíritu de cuentos como “Frankenstein” o “Drácula”, pero lo traslada a un contexto más contemporáneo y con un toque de terror psicológico.
Sin embargo, la belleza visual de la película no compensa, en gran medida, una historia que se siente a veces forzada y con giros argumentales que, aunque bien ejecutados, son algo evidentes desde el principio. La actuación de Seána Kerslake como Lucía, la joven que desaparece, es conmovedora y logra transmitir la vulnerabilidad y el miedo de un niño perdido. Pero, en general, las actuaciones son sólidas, con Tom Hiddleston interpretando a Sir Thomas con una mezcla de encanto y oscuridad que es inconfundible. La relación entre Edith y Sir Thomas es el núcleo de la película, y aunque se plantea como un romance apasionado, termina resultando algo plano y carente de profundidad emocional. La película tropieza con la introducción de la segunda historia, que, aunque intenta añadir complejidad a la trama, desvía la atención de la que ya era bastante tensa.
A pesar de sus fallas, “Bosque Maldito” es una película que se disfruta visualmente y que ofrece momentos de genuino horror psicológico. Es una muestra del talento de Guillermo del Toro como director y como narrador, aunque carece de la sutileza y el impacto emocional que se esperaban de una historia con semejantes promesas. La película se centra en la atmósfera y el diseño, a veces a expensas de la narrativa. No es la obra maestra que algunos esperaban, pero es sin duda una experiencia cinematográfica visualmente rica y perturbadora.
Nota: 7/10
