Bränn alla mina brev (2022)

“Bränn alla mina brev” (Quema todas mis cartas) no es simplemente un drama histórico; es un descenso implacable a la psique humana, un viaje visceral a través de los secretos, la ambición y las pasiones que pueden corroer incluso a las familias más prestigiosas. La película, dirigida con una maestría cautelosa por Gustav Lindh, se aferra con tenacidad a su trama intergeneracional, construyendo un retrato inquietante de cómo las heridas del pasado se perpetúan a través de las décadas. La historia se centra en la relación prohibida entre Karin Stolpe, magistralmente interpretada por Asta Kamma August, y Olof Lagercrantz, un hombre cuya complejidad y oscuridad, encarnados por Bill Skarsgård, definen el núcleo de la narrativa.

August ofrece una actuación absolutamente reveladora. Su interpretación de Karin es una maravilla de sutileza y fuerza. Logra transmitir la tormenta interior de una mujer atrapada entre el deber, la ambición y el amor, dejando ver la frustración, el dolor y la determinación en cada mirada, en cada gesto. La química entre August y Skarsgård es electrizante; la tensión entre ellos no se reduce a una simple atracción romántica, sino que se filtra en la atmósfera misma de la película, evidenciando el peso de las expectativas, las decepciones y los silencios no pronunciados. Skarsgård, como siempre, aporta una intensidad palpable a su personaje, mostrando el lado más sombrío de Olof con una maestría que evoca una mezcla de fascinación y repulsión. Su interpretación, aunque a veces un poco artificiosa en su exposición de la psicología del personaje, es innegablemente impactante.

El guion, en gran medida, es el punto fuerte de la película. No se limita a narrar hechos históricos, sino que se adentra en las motivaciones, los miedos y las contradicciones de los personajes. La estructura no lineal, con saltos temporales que revelan información progresivamente, contribuye a crear una sensación de inquietud y sorpresa. El uso de flashbacks, aunque a veces ligeramente forzado, sirve para profundizar en la psicología de los protagonistas y para revelar las raíces de las intrigas familiares. Sin embargo, la película podría haber beneficiado de una mayor exploración de ciertos personajes secundarios, relegados a roles meramente ilustrativos. A pesar de ello, la dirección artística es impecable, logrando recrear con precisión la atmósfera de las diferentes épocas, desde la decadencia de la aristocracia sueca hasta la austeridad del siglo XX. El uso de la música, melancólica y evocadora, acentúa la sensación de fatalismo que impregna la película.

En definitiva, “Bränn alla mina brev” es una obra que exige una visión atenta y una mente abierta. No es un entretenimiento ligero, sino un drama profundo y perturbador que plantea preguntas sobre el legado del pasado y las consecuencias de nuestros actos. Una película inolvidable, que nos recuerda que las verdades ocultas siempre encuentran la manera de salir a la luz, a menudo con un precio devastador.

Nota: 8/10