Breakaway (2011)

“Breakaway” es un drama deportivo con un corazón inmenso, una película que te atrapa desde el primer momento y que, aunque no revolucionará el género, sí que dejará una huella gracias a su autenticidad y a la poderosa narrativa sobre la perseverancia, el prejuicio y la búsqueda de la identidad. La historia, centrada en Rajvinder Singh, un joven jugador de hockey con aspiraciones profesionales, nos transporta a un mundo competitivo y a menudo despiadado, donde las barreras culturales y raciales se convierten en un obstáculo formidable. La película se centra en su lucha personal para defender sus raíces Sikh, para el respeto a sus tradiciones, y al mismo tiempo, para demostrar su valía como deportista.

La dirección de Robert Greenbaum es sutil pero efectiva. Evita los clichés del melodrama deportivo, optando por un ritmo pausado que permite desarrollar la complejidad de los personajes y de sus relaciones. Observamos la tensión entre Rajvinder y su padre, Darvesh, una dinámica familiar marcada por las expectativas y el amor, con un conflicto profundo en la raíz de la imposición de los valores tradicionales sobre el deseo de libertad y la búsqueda de un futuro. La película explora, con inteligencia, cómo las presiones familiares pueden ser tanto un apoyo como una carga, y cómo encontrar un equilibrio entre las raíces y la individualidad es un desafío constante.

Las actuaciones son sobresalientes. Ranjit Singh, en el papel de Rajvinder, transmite una vulnerabilidad y una determinación genuinas. Su evolución a lo largo de la película es palpable, y podemos sentir su frustración, su orgullo y su esperanza. La química entre Singh y la joven actriz, Melissa Winters, interpretada por Melissa Rauch, es encantadora y añade un componente emocional clave a la trama. Sin embargo, destacar la actuación de Deepak Dhaliwal como Darvesh, el padre, que logra retratar la frustración y el amor de un hombre que confía en la tradición pero que, en el fondo, anhela la felicidad de su hijo.

El guion, aunque no particularmente innovador en su estructura, sí que consigue abordar temas importantes con sensibilidad y autenticidad. La película no se limita a mostrar el talento de Rajvinder como jugador de hockey; explora las consecuencias del racismo y el prejuicio, y cómo estos pueden afectar a los individuos y a las comunidades. La referencia a las bromas y los comentarios despectivos de los compañeros de equipo de Rajvinder, la burla por su "Pargi" (turban) y sus consejos para que "juegue Guli Danda" son un reflejo amargo de la realidad que muchos jóvenes inmigrantes se enfrentan. La decisión de formar un equipo propio, “Breakaway”, es una metáfora poderosa de la resistencia y la búsqueda de la autonomía. No es un juego de hockey, es una declaración de principios, una reafirmación de la identidad.

En definitiva, “Breakaway” es una película conmovedora y reflexiva, que nos invita a cuestionar nuestros propios prejuicios y a valorar la diversidad cultural. No es una obra maestra cinematográfica, pero sí un relato humano y honesto que merece ser visto. La película es un homenaje a la perseverancia y al poder del espíritu humano.

Nota: 7/10