Brenda Starr (1989)

“Brenda Starr, la reportera” es una película que, curiosamente, evoca una nostalgia por épocas doradas del cine pulp, pero que no logra materializar plenamente esa promesa. La película, impulsada por la leyenda del personaje de Frederick Burr Feilder, intenta trasladar la vitalidad y el espíritu aventurero de Brenda Starr a la pantalla grande, y en algunos aspectos, lo consigue con notable éxito. Sin embargo, la ejecución final está lejos de alcanzar el nivel que merecía el material original.

La dirección de David O’Malley se muestra competente, aunque a menudo predecible. El ritmo de la película es desigual; las escenas de acción, que deberían ser el corazón de la trama, a veces se sienten apresuradas y poco pulidas, mientras que las largas y detalladas descripciones de la selva, aunque visualmente agradables, ralentizan considerablemente el desarrollo. Se observa un esfuerzo por recrear la atmósfera de la selva amazónica, con un diseño de producción correcto, pero se carece de la magia que podría haber elevado la experiencia visual. La paleta de colores, rica y saturada, es efectiva en algunos momentos, pero a veces resulta recargada y desconectada del resto de la producción.

El reparto ofrece actuaciones sólidas, con una destacada interpretación de Paula Faulkner como Brenda Starr. Faulkner logra transmitir la determinación, el ingenio y el espíritu indomable de la reportera sin caer en estereotipos femeninos. Richard Arlen, como el doctor Silas, el científico loco, entrega una actuación convincente, aunque su personaje se siente un tanto unidimensional. Otros miembros del elenco, como el sargento Harding, interpretado por William Holden, ofrecen un soporte competente, pero en general, no logran dejar una impresión duradera.

El guion es, sin duda, el punto más débil de la película. La trama, aunque original en su premisa – una amenaza global a través de la tecnología – se desarrolla de forma desordenada y carente de profundidad. Los diálogos son a menudo torpes y expositivos, y el desarrollo de los personajes secundarios es superficial. Además, la película intenta abordar temas como la explotación de la selva y la importancia del periodismo, pero lo hace de forma superficial y sin profundizar en las implicaciones. Se siente una falta de riesgo creativo; la película se conforma con la presentación de un melodrama pulp clásico, sin buscar innovar o sorprender al espectador.

En definitiva, “Brenda Starr, la reportera” es una película entretenida pero olvidable. Ofrece momentos de acción y aventura, y cuenta con una protagonista carismática, pero sus problemas en el guion y la dirección la condenan a ser un producto mediocre dentro del género pulp. La película es un recordatorio de que la grandeza de un personaje, incluso en la adaptación cinematográfica, depende en gran medida de la calidad de su puesta en escena y la fuerza de su narración.

Nota: 6/10