Bridget Jones's Baby (2016)

“Bridget Jones’s Baby” es una película que, en su intento de ofrecer una comedia romántica moderna y con un toque de sorpresa, termina siendo una mezcla peculiar de elementos predecibles y momentos que, francamente, no alcanzan el nivel de gracia que se esperaría de la saga. La película, estrenada en 2011, regresa a la vida de Bridget Jones (Renée Zellweger), ya con sus cuarenta y buscando recuperar su equilibrio profesional y personal tras la ruptura con Mark Darcy. Este punto de partida, la soledad y la reflexión sobre la vida, podría haber dado lugar a una comedia más matizada y reflexiva, pero la trama se desvía rápidamente hacia un melodrama con toques de comedia slapstick.

La película se centra en el inesperado embarazo de Bridget, lo que genera un caos que la lleva a cuestionar su identidad, sus relaciones y, sobre todo, la paternidad del bebé. La llegada de Jack (Patrick Dempsey), un empresario atractivo y aparentemente perfecto, introduce un elemento de tensión romántica que, aunque no está mal, se siente un tanto forzado. Dempsey ofrece una actuación segura y agradable, pero su personaje carece de la complejidad que podría haberle dado mayor profundidad. La química entre Zellweger y Dempsey es funcional, pero no es lo suficientemente palpable como para generar una conexión genuina. El resto del reparto, con personajes como Tom Lister Jr. y Helen Slater, contribuye con alguna escena memorable, pero no sobresale.

El guion, en general, es predecible y repleto de clichés del género romántico. Los diálogos, a menudo, son torpes y carentes de ingenio. La trama, aunque introduce un giro inesperado (la paternidad), carece de originalidad y recurre a situaciones exageradas que, en lugar de generar risas, pueden resultar irritantes. La película busca mantener el interés del espectador con la incertidumbre del padre, pero el desarrollo de este aspecto se siente apresurado y poco creíble. La dirección de sutileza de Steve Carmichael es discreta, sin grandes innovaciones, y se limita a seguir el ritmo convencional del género.

A pesar de sus defectos, “Bridget Jones’s Baby” no es una película que se pueda descartar por completo. La presencia de Renée Zellweger, que ofrece una interpretación convincente y entrañable en el papel de Bridget, es un punto a favor. La película, en última instancia, es una comedia romántica ligera y superficial que, aunque no llega a ser memorable, ofrece un entretenimiento discreto. Si se busca una experiencia cinematográfica profunda o intelectualmente estimulante, esta película no es la opción adecuada, pero si se busca una película para pasar el rato, puede ser una opción aceptable, especialmente para los fans de la saga original.

Nota: 5/10