Brittany corre una maratón (2019)

“Brittany corre una maratón” es, sorprendentemente, una de las películas más honestas y refrescantes que he visto en un tiempo. La dirección de Sacha Baron Cohen (sí, el mismo que nos dio “Borat”) es decididamente audaz, desafiando constantemente las expectativas del espectador con una mezcla de humor absurdo y momentos de genuina empatía. Cohen no se limita a la sátira superficial; en lugar de eso, utiliza el humor para explorar temas de salud mental, autoaceptación y la presión social que recae sobre los individuos que intentan cambiar sus vidas. La película se siente como una observación desnuda sobre la lucha interna de Brittany, y esa honestidad la convierte en algo particularmente atractivo.

Jillian Bell ofrece una actuación absolutamente brillante como Brittany. Ella realmente captura la torpeza, la desesperación y, en última instancia, la determinación de este personaje. Bell no se limita a interpretar el papel; se *convierte* en Brittany, transmitiendo de manera convincente la mezcla de autocompasión y frustración que siente. Su actuación es el corazón y el alma de la película y sin ella, la estructura humorística se habría desmoronado. A menudo, el humor en películas como esta puede sentirse forzado, pero aquí es orgánico y se deriva naturalmente de la interacción de Bell con el resto del reparto.

El guion es, sin duda, el punto más fuerte de la película. La historia se desarrolla de una manera impredecible, saltando entre situaciones cómicas y momentos conmovedores con una facilidad asombrosa. La escritura es inteligente, con diálogos agudos y personajes secundarios memorables. La película no rehuye la complejidad de la situación de Brittany, mostrando la presión de sus compañeros de trabajo, la actitud condescendiente de su médico y las expectativas no siempre realistas que la sociedad tiene sobre la belleza y la salud. El guion, además, presenta un retrato realista, aunque exagerado para fines cómicos, de la cultura de las fiestas nocturnas de Nueva York. La forma en que se aborda la presión social para “estar bien” es particularmente eficaz.

Aunque la película se basa en gran medida en el humor, hay momentos en los que se permite que la historia respire y que los personajes desarrollen su profundidad. Estos momentos de vulnerabilidad contrastan a la perfección con la comedia y ofrecen una visión más completa de la vida de Brittany. La película, sin embargo, se toma riesgos, y la trama a veces se siente un poco desordenada, como si el director se sintiera demasiado presionado para mantener el ritmo y la sorpresa. A pesar de esto, “Brittany corre una maratón” es una experiencia cinematográfica estimulante, que invita a la reflexión y que, sobre todo, nos recuerda que la felicidad se encuentra a menudo en los lugares más inesperados.

Nota: 7.5/10