Una vez dentro no sólo evidencia que la comida se sirve en malas condiciones sino que también se producen torturas y los funcionarios se rigen de acuerdo a normas marcadas por la corrupción. Su paso por allí le permite tomar medidas para frenar el acoso a los presos pero se encuentra con la resistencia de todo el cuerpo de guardias de la cárcel. El asunto trasciende incluso a la administración de prisiones del estado, cuyos responsables tampoco están dispuestos a tolerar las actuaciones de Brubaker.
Brubaker (1980)
(EN) · Crimen, Drama · 2h 5m
¡El hombre más buscado en la prisión de Wakefield es el director!
Dónde ver Brubaker
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Sinopsis
Drama basado en la historia real de Tom Murtom, el director de prisiones que conmocionó el mundo político de Arkansas al destapar los escandalosos abusos y asesinatos que tuvieron lugar en la prisión estatal. Antes de presentarse como el nuevo alcaide, Brubaker se hace pasar por un preso recién llegado, gracias a lo cual descubre que la situación en la cárcel es de corrupción endémica. Sus esfuerzos por reformar y sanear el sistema lo colocan en una situación muy peligrosa, sobre todo cuando insiste en investigar una serie de asesinatos que se cometieron unos años antes.
Ficha técnica
Brubaker
EN
Ron Silverman
Reparto principal de Brubaker
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Brubaker.
Tráiler Oficial

Nuestra crítica de Brubaker
Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.
Críticas de la película
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“Brubaker” no es un thriller político explosivo en el sentido convencional. No ofrece tiroteos, ni persecuciones frenéticas ni conspiraciones desenmascaradas con gritos y explosiones. En cambio, la película de Michael Polish logra un impacto mucho más sutil, pero igualmente poderoso, a través de una atmósfera de inquietante gradualidad y un retrato complejo de un hombre que decide, con valentía y determinación, enfrentarse a un sistema podrido hasta la médula. La historia, basada en la vida real de Tom Murtom, es fascinante por su propia autenticidad, por la honestidad brutal con la que se presenta la corrupción endémica que imperaba en la prisión estatal de Arkansas. La película se centra en el cambio de roles de Brubaker, interpretado con una maestría silenciosa y contundente por Ben Foster, quien logra transmitir una mezcla de pragmatismo, cansancio y un férreo sentido de la justicia.
La dirección de Michael Polish es notablemente austera y atmosférica. Evita la sobreexposición visual, optando por planos largos, composiciones cuidadosas y un uso sobrio del color que enfatizan la opresión y la decadencia del entorno. Hay una belleza melancólica en la fotografía, pero esa belleza es siempre velada por una sensación inquietante. Polish no busca el drama barato; se concentra en los detalles, en las pequeñas expresiones y gestos que revelan la realidad cruda de la prisión. La música también juega un papel crucial, creando una banda sonora que amplifica la tensión y el sentimiento de amenaza constante. La película se siente densa, como si el peso de la corrupción y el miedo se pudiera tocar.
Las actuaciones son, sencillamente, excepcionales. Ben Foster ofrece una interpretación convincente, no con gestos exagerados, sino con una mirada penetrante y una presencia imponente que transmite la complejidad del personaje. No se trata de un héroe idealizado, sino de un hombre con sus propias limitaciones y demonios internos. El resto del elenco, incluyendo a Boyd Holbrook como el guardia corrupto, también entrega interpretaciones sólidas y naturales. Holbrook, en particular, aporta una crueldad sutil y efectiva, mostrando la complicidad y la indiferencia que permiten que la corrupción florezca.
El guion, adaptado de un libro de relato de Tom Murtom, es inteligente y bien estructurado. Se centra en la lenta pero constante infiltración de Brubaker en el sistema, mostrando cómo gradualmente desmonta la fachada de normalidad y expone la verdad. La película no se apura; permite que la tensión se acumule lentamente, culminando en un clímax que, aunque no es espectacular, es profundamente satisfactorio. El guion evita simplismos y presenta las motivaciones de los personajes con matices, entendiendo que la corrupción no nace de la maldad inherente, sino de la inacción y la complacencia. La película plantea preguntas importantes sobre la responsabilidad, la justicia y el precio de la integridad.
Nota: 8/10
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