Buffalo '66 (1998)

“Buffalo '66” es una joya de cine independiente, un ejercicio de surrealismo moderno que te atrapa desde el inicio y no te suelta hasta sus últimas, perturbadoras imágenes. La película, dirigida por Ted Gavinski, va más allá de la simple comedia negra; se instala como una extraña y oscura fábula sobre la familia, la verdad y las consecuencias de las mentiras.

La película, ambientada en un invierno desolador en Buffalo, Nueva York, presenta a Billy Brown (interpretado magistralmente por Jeff Bridges), un hombre con un pasado turbio y una necesidad desesperada de aceptación. Su mentira sobre su trabajo y su matrimonio se convierte en la base para una cadena de eventos cada vez más caóticos. Bridges ofrece una actuación excepcionalmente convincente, logrando transmitir tanto la desesperación de Billy como la creciente inquietud y repulsión que siente a medida que su engaño se desborda. Su interpretación es sutil y matizada, evitando caer en la caricatura y dando al personaje una profundidad que lo hace increíblemente humano y, a la vez, profundamente problemático.

La dirección de Gavinski es audaz y provocadora. La película juega constantemente con la percepción del espectador, utilizando la estética de las películas de serie B de los años 60, la banda sonora vibrante y, sobre todo, el color vibrante de un filtro que se convierte en casi una obsesión visual. Esta paleta de colores, que recuerda a un viejo tele en blanco y negro con una saturación inusual, funciona como un elemento central de la atmósfera. No es solo un truco visual; sirve para desorientar y presagiar los eventos a punto de ocurrir, creando un efecto perturbador. La película no rehuye lo extraño ni lo absurdo, abrazando lo ilógico para explorar temas más profundos.

El guion, coescrito por Gavinski y Ted Steele, es intrincado y lleno de giros inesperados. La premisa inicial, aunque aparentemente simple, se expande en una narrativa compleja que aborda temas como la soledad, el deseo de aprobación, el impacto del pasado y la dificultad de establecer conexiones genuinas. A pesar de su surrealismo, la película mantiene una sólida base narrativa, convirtiendo lo incomprensible en algo que, a la larga, resulta profundamente impactante. El desarrollo de la relación entre Billy y Layla (interpretada por Elizabeth Shue), si bien extraña, logra generar cierta empatía, y la evolución del personaje de Layla, de simple víctima a una figura de contención, es uno de los aspectos más interesantes de la historia. La película no busca ofrecer respuestas fáciles; más bien, la deja abierta a la interpretación y la reflexión.

A pesar de la atmósfera ligeramente inquietante y algunos momentos un poco alargados, "Buffalo '66" es una experiencia cinematográfica única y memorable. Es una película que se queda contigo después de que termina, provocando debates y reflexionando sobre la naturaleza de la verdad y las relaciones humanas. Es un film que desafía al espectador, no solo a través de sus imágenes surrealistas, sino también a través de la complejidad de su trama y la ambigüedad moral de sus personajes.

Nota: 8.5/10