Buques de guerra americanos (2012)

“Buques de guerra americanos” (Battleship Poseidon) es una película que, en el fondo, se trata de un espectáculo visual deslumbrante que logra, en gran medida, distraer del corazón menos comprometido de su trama. La premisa, la llegada de una fuerza naval alienígena con barcos de guerra tecnológicamente superiores, no es precisamente original, pero la ejecución, especialmente en cuanto a las secuencias de acción, es lo que realmente marca la diferencia – y quizás, lo que hace que la película sea tan entretenida, a pesar de sus defectos.

La dirección de Jack Piterman, aunque carente de una visión particularmente innovadora, consigue crear una sensación constante de tensión y peligro. Las imágenes de los barcos de guerra colisionando, disparando rayos láser y enfrentándose en combates a gran escala son realmente impactantes. La película se basa mucho en la escala y la espectacularidad, y Piterman lo sabe y lo aprovecha al máximo. Se nota un gran esfuerzo en la sincronización de la música con los momentos clave, construyendo una atmósfera de batalla épica que, admito, resulta convincente, al menos en un primer momento.

Sin embargo, el guion es, sin duda, el punto débil de la película. Las líneas de diálogo son a menudo expositivas y poco naturales, y los personajes, en su mayoría, carecen de profundidad. La relación entre el capitán Andrew Detweiler (Alexander Skarsgård) y su hija Maggie (Brooklyn Ann Reynolds) se siente forzada y poco creíble. El arco de desarrollo del personaje de Skarsgård, que evoluciona desde un capitán cansado y desilusionado hasta un héroe heroico, se siente apresurado y carente de matices. Las motivaciones de los alienígenas también son vagas, reduciéndose a una simple necesidad de “recoger” la tecnología humana. Esto limita la oportunidad de explorar conceptos más complejos o el impacto de la invasión.

Las actuaciones son decentes, aunque no excepcionales. Alexander Skarsgård, a pesar de la falta de profundidad del personaje, transmite la determinación del capitán Detweiler. Brooklyn Ann Reynolds, como Maggie, ofrece un rendimiento juguetón y convincente, aportando un toque de inocencia y vitalidad a la historia. La película cuenta con un reparto secundario competente, pero pocos de ellos logran destacar.

A pesar de sus deficiencias, “Buques de guerra americanos” es una película que se disfruta, principalmente, como un bombardeo de efectos especiales y acción. Si buscas una película llena de explosiones, disparos láser y secuencias de persecución marítimas, esta es una opción viable. Si, en cambio, priorizas una trama sólida, personajes bien desarrollados y un guion complejo, quizás te encuentres decepcionado. Es un entretenimiento ligero, pero sin pretensiones. La película se beneficia de un buen sistema de sonido, que maximiza la inmersión en el caos de la batalla.

Nota: 6/10