Buscando a Vivian Maier (2014)

“Buscando a Vivian Maier” no es simplemente un documental, sino una fascinante excavación arqueológica del alma de una mujer extraordinaria: Vivian Maier, una niñera de Chicago que, sin saberlo, había acumulado durante décadas un tesoro visual de una magnitud sorprendente. El director Erik Nelson no se limita a recopilar imágenes, sino que construye una narrativa conmovedora y meticulosamente elaborada, tejiendo entre las propias fotos de Maier y los testimonios de quienes la conocieron, revelando un personaje complejo, reservado y profundamente creativo. La película se erige como una oda a la memoria, al archivo y al valor oculto de la vida cotidiana.

La dirección de Nelson es impecable, manejando con maestría el ritmo narrativo. Evita caer en la voyeurización y, en su lugar, se centra en la reconstrucción gradual de la vida de Maier. El documental se construye a partir de piezas fragmentadas: las fotografías en sí mismas, las cartas enviadas a su hija Kim, las conversaciones grabadas con amigos y compañeros de trabajo, y las revelaciones de Kim, quien, tras el fallecimiento de su madre, se embarcó en la ardua tarea de descubrir su legado. Esta estructura, en lugar de parecer dispersa, se convierte en un instrumento para desentrañar el misterio de una mujer que, aparentemente, no se esforzaba por dejar su huella. La ausencia deliberada de Maier de la escena pública es precisamente lo que la hace tan cautivadora.

Las actuaciones, o más bien, los testimonios, son excepcionales. Kim Wexler, como figura central, ofrece una visión íntima y honesta de su madre, retratando la relación compleja y llena de amor entre ellas. Los amigos y colegas de trabajo de Maier también aportan valiosas perspectivas, detallando su carácter peculiar, su amor por las máquinas fotográficas antiguas y su meticuloso proceso creativo. Aunque la película se basa principalmente en el uso de imágenes, la voz de Kim, llena de emoción y anhelo, es fundamental para conectar con la figura de Maier y transmitir la magnitud de su descubrimiento.

El guion, a pesar de la aparente sencillez de su estructura, es brillante. Nelson logra crear una atmósfera de suspense gradual, manteniendo al espectador enganchado a descubrir, junto con Kim, la verdad sobre la vida de Maier. La película no ofrece respuestas fáciles ni conclusiones definitivas, sino que se contenta con plantear preguntas sobre la naturaleza del arte, la importancia del archivo y el valor de la memoria. El documental explora temas de identidad, legado y el significado de la vida, sin caer en sentimentalismos gratuitos. La exploración de la relación de Kim con su madre es el núcleo emocional de la película y la que finalmente da sentido a todo el material recopilado. La película no solo nos presenta a una fotógrafa excepcional, sino que nos invita a reflexionar sobre lo que hacemos con nuestra propia vida y con los momentos que dejamos atrás.

Nota: 8.5/10