
But I'm a Cheerleader (2000)
(EN) · Comedia, Romance · 1h 25m
Una comedia de desorientación sexual.

Dónde ver But I'm a Cheerleader
Actualmente no se encuentra disponible para ver en plataformas de streaming en España.
Sinopsis
Megan Bloomfield es animadora en su colegio, tiene amigas animadoras y es novia del capitán del equipo de fútbol. Es vegetariana, no le gustan los besos de su novio y abraza cuando puede a sus amigas. Un día sus amigos/as, su novio y sus padres le tienen una trampa para enviarla a un campamento en el que curan la homosexualidad. Megan tiene que pasar varias pruebas, incluyendo la primera que es darse cuenta de que es lesbiana.
Ficha de la película
But I'm a Cheerleader
EN
Andrea Sperling, Leanna Creel
Reparto principal de But I'm a Cheerleader
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en But I'm a Cheerleader.
Tráiler Oficial

Críticas de la película
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“But I'm a Cheerleader” (1999) es mucho más que una comedia adolescente de los 90; es un manifiesto sutil y sorprendentemente conmovedor sobre la identidad, la presión social y la búsqueda de la autenticidad. Dirigida por Jamie Babbit, la película se atreve a desafiar las convenciones del género, ofreciendo una mirada refrescante y a veces hilarante a la juventud que lucha por encontrar su lugar en un mundo que a menudo les impone roles predefinidos.
La película se centra en Megan Bloomfield, interpretada con una vulnerabilidad encantadora por Gina Riley. La transición de Megan de la vida aparentemente perfecta como animadora y novia de un capitán de fútbol a la dura realidad de un campamento de “curación” gay es el núcleo de la narrativa. La actuación de Riley es el pilar sobre el que se sostiene la película; su interpretación no es solo caricaturesca, sino que transmite con honestidad la confusión, el miedo y, finalmente, el empoderamiento de Megan. La química entre Riley y Natasha Legendre, quien interpreta a la ferviente creyente en la “curación” de la homosexualidad, Heidi, es palpable y añade una dimensión extra a la tensa dinámica entre las dos jóvenes.
El guion, escrito por Skip Henderson y Tom Marshall, es brillante en su subversión de las expectativas. La película no se limita a ridiculizar los campamentos de “curación”, sino que utiliza el humor para examinar las creencias religiosas fundamentalistas y el impacto devastador que pueden tener en las personas que no se ajustan a las normas sociales. La dirección de Babbit es igualmente notable; la película emplea un estilo visual vibrante y a menudo absurdo, utilizando colores llamativos, planos inusuales y una banda sonora pop de los 90 que refuerza la atmósfera satírica y al mismo tiempo, a veces, melancólica. Las secuencias de “re-educación” son particularmente memorables, mostrando una hipocresía y una fragilidad inquietantes.
Sin embargo, la película no es perfecta. A veces, la trama se siente un poco apresurada y algunas de las situaciones humorísticas podrían ser más sutiles. No obstante, “But I’m a Cheerleader” logra trascender estos pequeños defectos gracias a su mensaje universal sobre la importancia de ser fiel a uno mismo y la necesidad de abrazar la diversidad. Es una película que, a pesar de su estética del pasado, sigue siendo relevante en la actualidad, invitando a la reflexión sobre la presión social, el miedo a la diferencia y el coraje de vivir una vida auténtica.
Nota: 8/10
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