Byzantium (2012)

“Byzantium” es una película que te atrapa desde el primer momento, no por su ritmo frenético, sino por la atmósfera lúgubre y claustrofóbica que se le imprime a cada fotograma. James Woods, en su dirección, logra construir una experiencia visualmente impactante, donde la fotografía en tonos sepia y las composiciones cuidadosamente diseñadas transmiten una sensación constante de decadencia y aislamiento. El paisaje costero irlandés se convierte en un personaje más, un testigo silencioso de las miserias y los secretos que entrelazan a Eleanor y Clara.

El guion, adaptado de la novela de Charlotte McConaghy, se mueve a un ritmo deliberadamente pausado, lo que podría resultar aburrido para algunos espectadores. Sin embargo, esta lentitud es esencial para desarrollar la historia y sus personajes con profundidad. La trama, centrada en la búsqueda de dinero y refugio, parece sencilla a primera vista, pero en realidad se convierte en una exploración sutil sobre la identidad, el pasado, la memoria y el precio que se paga por sobrevivir. La película evita las melodramas fáciles y se centra en el desarrollo de la relación entre Eleanor y Clara, que se revela poco a poco, a través de miradas, gestos y conversaciones fragmentadas. La narrativa se construye sobre la incomunicación, el miedo y la desconfianza, elementos que se entretejen a lo largo de la película.

Las interpretaciones son sobresalientes. Saoirse Ronan, en su papel de Eleanor, ofrece una actuación magistral. Su personaje, marcado por un pasado traumático y un misterio profundo, es complejo y contradictorio. Ronan logra transmitir la fragilidad y la desesperación de Eleanor, al mismo tiempo que se vislumbra un destello de fuerza interior. Carey Mulligan, por su parte, interpreta a Clara con una calma inquietante. La ambigüedad de su personaje es crucial para el desarrollo de la trama, y Mulligan la captura a la perfección, mostrando una vulnerabilidad oculta bajo una fachada de pragmatismo.

Noel, interpretado por Josh O’Connor, es un personaje secundario que, sin embargo, aporta un contrapunto interesante a la dinámica entre Eleanor y Clara. Su timidez y su soledad reflejan la propia situación de los protagonistas, y su hospitalidad, aunque con motivaciones poco claras, ofrece un breve respiro en la atmósfera opresiva de “Byzantium”. La película, en su general, no ofrece respuestas fáciles; deja al espectador con preguntas y con la sensación de que algunos secretos, quizás, es mejor que permanezcan enterrados.

La banda sonora, contribuye a la atmósfera lúgubre y melancólica, realzando la sensación de aislamiento y desolación. “Byzantium” es, en definitiva, una película visualmente impresionante y emocionalmente resonante, que te invita a reflexionar sobre la condición humana y el precio de la supervivencia. No es un melodrama convencional, sino una obra de arte introspectiva que se quedará contigo mucho después de que los créditos finales hayan pasado.

Nota: 7.5/10