“Cadáver” (Corpse) no es un thriller de terror convencional; es, en esencia, una meditación sobre la vida, la muerte, el arrepentimiento y el peso del pasado. La película, dirigida por Alex Ávila y Nicolás Pesquera, se presenta como un ejercicio visualmente impactante y conceptualmente estimulante que, si bien no sobresale en la ejecución de sustos baratos, logra mantener una tensión latente y una atmósfera onírica y perturbadora. La premisa es interesante: un detective adicto al heroín, recién salido de rehabilitación, se encuentra asignado a una morgue y pronto descubre que las muertes en la ciudad no son accidentales, sino el resultado de una entidad demoníaca invocada por uno de los cadáveres.
La dirección de Ávila y Pesquera es, sin duda, el elemento más sobresaliente de la película. La estética es deliberadamente inquietante, combinando elementos de animación stop-motion con una paleta de colores apagados y saturados que refuerzan la sensación de un mundo en decadencia. La transición entre la realidad y la animación crea una experiencia visualmente rica y a menudo perturbadora. La película no rehúye de lo grotesco, pero lo presenta de forma deliberadamente estilizada, evitando caer en el horror visceral. El uso de la animación stop-motion para representar a los muertos y el demonio es particularmente efectivo, evocando la idea de la fragilidad de la vida y la permanencia de la muerte.
Las actuaciones son sólidas y, en el caso de Paul Rudd, particularmente destacadas. Rudd ofrece una interpretación magistral como Victor Sharpe, un detective en crisis existencial que lucha contra sus propios demonios internos. Su humor negro y su vulnerabilidad logran conectar con el espectador, generando empatía por su personaje. La galería de personajes secundarios, aunque no siempre tan desarrollados como se podrían haber estado, ofrece un elenco diverso y memorable, con interpretaciones convincentes por parte de Kyleigh Sperry como la enigmática y enigmáticamente dulce Billie Dean y de John Turturro como el anciano y sabio, aunque enigmático, Dr. Moretti. Sin embargo, algunos de los diálogos son un tanto forzados y pretenciosos, lo que resta un poco de credibilidad a la narrativa.
El guion, a pesar de sus momentos brillantes, tiene sus fallos. La trama, aunque interesante y con una base conceptual sólida, se siente a veces apresurada y con algunos giros argumentales que podrían haber sido más elaborados. La película explora temas profundos como el arrepentimiento, la redención y el impacto de las acciones pasadas en el presente, pero no siempre logra desarrollar estos temas de manera exhaustiva. A pesar de ello, la película ofrece reflexiones valiosas sobre la naturaleza humana y la inevitabilidad de la muerte. La película no busca proporcionar respuestas fáciles, sino más bien, invitar al espectador a cuestionar sus propias creencias y a reflexionar sobre el significado de la vida.
En definitiva, "Cadáver" es una película que se queda en la memoria. Es una experiencia cinematográfica original, visualmente impactante y con una fuerte carga emocional. Si bien no es un thriller de terror convencional, logra crear una atmósfera única y provocar la reflexión. Una película para aquellos que buscan algo diferente y que no tengan miedo de enfrentar los misterios de la existencia.
Nota: 7/10
