Calma total (1989)

“Calma Total” es una película que se aferra al suspense y a la atmósfera tensa con una precisión quirúrgica, resultando en una experiencia cinematográfica inquietante y memorable. El director Ilya Naumets ha logrado crear un microcosmos claustrofóbico donde la incomunicación, el miedo y la paranoia se entrelazan para generar un terror psicológico sutil pero profundamente efectivo. La película no se basa en sustos baratos ni en gore, sino en el desarrollo gradual de la angustia y la desconfianza entre los personajes, lo que la convierte en una propuesta refrescante dentro del género de terror.

La dirección de Naumets es, sin duda, el punto fuerte de la película. Utiliza la fotografía de manera magistral, empleando colores apagados y la luz natural para resaltar la opacidad de la travesía y la creciente sensación de encierro. La cinematografía de Nicolas Da Silva contribuye enormemente a la creación del ambiente, especialmente en las escenas nocturnas, donde la oscuridad y la bruma marina se combinan para aumentar la sensación de amenaza inminente. La dirección de montaje es precisa, creando pausas deliberadas que amplifican la tensión y dejando al espectador constantemente preguntándose qué está a punto de pasar. Hay una belleza perturbadora en la forma en que se construye la narrativa, mostrando la evolución del miedo en los personajes sin recurrir a la exageración.

Las actuaciones son sólidas y convincentes. Ben Mendelsohn, como John, ofrece una interpretación de notable contención, transmitiendo la angustia y el dolor de un padre roto a través de miradas y gestos sutiles. Naomi Watts, por su parte, entrega una interpretación igualmente poderosa, demostrando su habilidad para comunicar emociones complejas a través de su personaje, Rae. El joven actor que interpreta al sobreviviente, un joven desconocido llamado Juri Vlats, ofrece un desempeño impresionante, logrando que el espectador empatice con su vulnerabilidad y terror. Su interpretación es el corazón de la película, y sin su presencia, la historia perdería parte de su impacto.

El guion, aunque conciso, es inteligente y efectivo. La premisa de una intoxicación que diezma a una tripulación es original y plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza humana en situaciones extremas. La película explora temas como el trauma, la culpa, la pérdida y la fragilidad de la condición humana. El guion se centra en el proceso mental de los personajes, mostrando cómo el miedo y la desconfianza erosionan sus relaciones y los llevan a cuestionar su propia cordura. No obstante, la película podría haber explorado más a fondo algunas de las implicaciones psicológicas de la situación, pero la ambigüedad es, de nuevo, una de sus mayores fortalezas, dejándole espacio a la interpretación.

En definitiva, “Calma Total” es una película que te deja una sensación inquietante mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar. Es una obra de arte del suspense psicológico, que requiere atención y que recompensa al espectador con una experiencia cinematográfica intensa y memorable. No es un terror para todos los públicos, pero para aquellos que buscan una película que les haga pensar y que les cause escalofríos, “Calma Total” es una excelente opción.

Nota: 8/10