Caminando entre las tumbas (2014)

“Caminando entre las tumbas” (Walking Between Tombs) es una película que se aferra con tenacidad a la atmósfera de la Nueva York de los años 70, y aunque no logra alcanzar la grandilocuencia que algunos podrían esperar, ofrece un thriller noir realista y visceral que, paradójicamente, es más eficaz en su sutil crudeza que en su espectacularidad. La película no busca emociones fuertes ni giros argumentales sorpresivos; se basa en el desgaste moral y el relato de un hombre destrozado, y lo logra con notable éxito.

La dirección de Mikael Salomon es efectiva, priorizando la atmósfera de desesperación y la suciedad urbana. Las imágenes son deliberadamente grises y desaturadas, reflejando el estado anímico de Matt Scudder (Dan Hedaya), un ex-policía con un pasado turbulento que ha perdido la fe en el sistema y ahora se gana la vida como detective privado sin licencia. No es un héroe clásico; es un hombre roto, consumido por el remordimiento y la amargura. Salomon consigue plasmar la soledad y el aislamiento de Scudder, lo que hace que su lucha contra la criminalidad sea aún más desgarradora. El uso de la cámara, a menudo rodando a nivel del suelo y con tomas largas, refuerza esa sensación de claustrofobia y opresión.

Dan Hedaya, en un papel que claramente le sienta como un guante, entrega una actuación magistral. El peso de la experiencia, la tristeza latente y la furia contenida en su rostro se transmiten con una intensidad contagiosa. Hedaya no se limita a interpretar a un detective duro; evoca la figura de un hombre que ha perdido todo y que lucha por encontrar un propósito, incluso si eso significa enfrentarse a la oscuridad. Sus interacciones con los personajes secundarios, principalmente la enfermera Mary (Elizabeth Shue), aportan matices y profundidad a su personaje, revelando la posibilidad de un futuro, aunque sea tenue.

El guion, adaptado de la novela de James Naughton, es un tanto predecible en su estructura, pero compensa con una prosa seca y realista. Evita los clichés del género noir, centrándose en las consecuencias brutales de la violencia y el impacto que tiene en las víctimas. Los diálogos son concisos y verosímiles, y la investigación que lleva a cabo Scudder, a pesar de no ser la más original, se presenta con una lógica interna convincente. La película no se anda con rodeos al abordar temas como la corrupción policial, el tráfico de drogas y la pobreza, ofreciendo una visión sin tapujos de la Nueva York de aquellos años.

Aunque no es la obra maestra del género, “Caminando entre las tumbas” es un thriller noir sólido, bien actuado y ambientado con cuidado. Su valor reside en su capacidad para retratar la dura realidad de la ciudad, la desesperación humana y la lucha por la justicia en un mundo implacable. Es un thriller que te atrapa lentamente, te obliga a sentir la angustia de Scudder y te deja con una sensación incómoda al final. Nota: 7/10