Capitán Phillips (2013)

“Capitán Phillips” no es una película de acción convencional, al menos no en el sentido tradicional del término. En lugar de explosiones y tiroteos espectaculares, esta película de Paul Greengrass se centra en la tensión palpable, el terror silencioso y la brutalidad de la situación en la que se encuentra el capitán Richard Phillips. Greengrass, conocido por su estilo documental y su compromiso con la veracidad, logra sumergir al espectador en la claustrofobia del Maersk Alabama, transmitiendo una sensación de vulnerabilidad que es impactante y duradera.

La película se construye lentamente, a diferencia de las comedias de piratas marinos más populares. La dirección de Greengrass, con su uso de tomas improvisadas y un minimalismo estilístico, evoca la sensación de ser un testigo ocular, como si estuviéramos presenciando los eventos en tiempo real. Esta elección narrativa, que prioriza la experiencia inmersiva sobre la acción grandilocuente, es lo que distingue a "Capitán Phillips" y lo convierte en una obra cinematográfica de un calibre superior. La película no se apoya en efectos especiales o en personajes secundarios elaborados; su poder reside en la fuerza de su coreo y la honestidad de sus actuaciones.

Tom Hanks, en un papel que parece estar lejos de sus habituales personajes heroicos, entrega una actuación sobresaliente. Su Richard Phillips es un hombre curtido por la mar, un líder respetado y responsable, pero también un padre que sueña con su hijo. Hanks logra transmitir la desesperación, el miedo y la determinación de Phillips con una sutileza impresionante, evitando cualquier melodrama excesivo. Es crucial destacar su elección de realizar gran parte de sus diálogos en un lenguaje corporal expresivo, permitiendo que las emociones brillen sin necesidad de palabras. La contrapose a este personaje, el pirata Somali, Muse, interpretado por Barkhad Abdi, ofrece un retrato crudo y complejo de un hombre motivado por la necesidad de sobrevivir, una figura humana que no es simple caricatura del villano.

El guion, adaptado de las memorias del propio Richard Phillips, es preciso y evita caer en clichés. La película se concentra en los momentos de incertidumbre y la comunicación entre Phillips y sus captores, mostrando la difícil negociación y la lucha por la supervivencia. La tensión se mantiene constante gracias a la excelente banda sonora, que utiliza piezas musicales evocadoras sin interrumpir el flujo narrativo. El guion logra pintar un cuadro realista de la geopolítica del Cuerno de África y las motivaciones de los piratas, añadiendo una dimensión socioeconómica a la historia. El final, aunque impactante, es coherente con la crudeza y el realismo con el que se ha construido la película, evitando soluciones fáciles o moralizantes.

En definitiva, "Capitán Phillips" es un thriller de alta tensión, un relato poderoso sobre la valentía, la responsabilidad y la brutalidad de la vida. No es una película para quienes buscan entretenimiento superficial; es una experiencia cinematográfica que exige la atención del espectador y que, a cambio, ofrece una reflexión sobre la condición humana y la complejidad de los conflictos internacionales. Es una película que permanece en la memoria mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.

Nota: 8.5/10