Captain Fantastic (2016)

“Captain Fantastic” no es una película para todos los gustos, pero para aquellos que se atreven a adentrarse en la introspección y a cuestionar los parámetros de la felicidad, es una experiencia cinematográfica profundamente satisfactoria y, a la vez, desconcertante. Jeff Nichols, director y guionista, nos presenta a Ben Cash (Viggo Mortensen), un hombre que ha cultivado una vida radicalmente diferente para sus seis hijos, los cuales han crecido completamente alejos de las convenciones sociales. Durante una década han vivido en el bosque, dedicados a la educación autodidacta, al cine, a la música, a la filosofía y a una práctica religiosa particular, desapegados de la tecnología y de la vida moderna.

La película, con su estética visualmente austera y en consonancia con el estilo de vida de la familia Cash, se centra en el choque de dos mundos: la utopía aislada de Ben y sus hijos, y la realidad del mundo exterior, con sus estructuras sociales, sus instituciones y sus costumbres. Nichols no glorifica el aislamiento, pero tampoco lo condena. El filme se centra en el proceso de adaptación de Ben a un mundo que, aunque le resulta ajeno, le exige un cambio fundamental en su forma de ser. La decisión de abandonar el bosque y llevar a sus hijos a la ciudad, después de que su esposa fallece, no es simplemente una huida, sino un intento de prepararles para el futuro, aunque sea con un futuro que Ben mismo no comprende del todo.

La actuación de Viggo Mortensen es magistral. No se trata de un héroe, ni de un villano, sino de un hombre complejo, atrapado en su propia convicción, con una vulnerabilidad palpable y un profundo amor por sus hijos. No es fácil empatizar con Ben, cuyas ideas a menudo parecen extremas y poco razonadas, pero la interpretación de Mortensen consigue transmitir la sinceridad y la desesperación de un padre que lucha por guiar a sus hijos en un mundo que no comprende. El resto del reparto, especialmente la joven Lily Gladstone como Reina, también ofrece interpretaciones sólidas, dotando de vitalidad a los personajes secundarios y enriqueciendo la dinámica familiar.

El guion, escrito por Nichols y Naomi Fialkow, es inteligente y provocador. La película no se limita a presentar un retrato del aislamiento, sino que explora temas como la educación, la libertad, la felicidad y el significado de la vida. La película plantea preguntas difíciles sobre el papel de la familia, la importancia de la tradición y el impacto de la sociedad en la formación de los individuos. El ritmo, deliberadamente pausado, permite al espectador reflexionar sobre las decisiones de Ben y sobre las implicaciones de su estilo de vida. La dirección de Nichols es precisa y minimalista, enfocándose en los momentos clave de la historia y en la intensidad de las emociones de los personajes. La banda sonora, discreta pero efectiva, complementa a la perfección la atmósfera de la película.

En definitiva, "Captain Fantastic" es una película inquietante, conmovedora y, a veces, frustrante. No ofrece respuestas fáciles, pero sí invita a la reflexión. Es una obra que permanece en la memoria mucho después de que terminan los créditos.

Nota: 8/10