
Cariño, estoy hecho un perro (2006)
(EN) · Comedia, Familia · 1h 38m
Va a ser un día de perros.

Dónde ver Cariño, estoy hecho un perro
Actualmente no se encuentra disponible para ver en plataformas de streaming en España.
Sinopsis
Tim Allen interpreta a un padre de familia que mientras investiga en su trabajo un incidente en un laboratorio de animales se infecta de una sustancia que lo convierte en perro.
Ficha de la película
Cariño, estoy hecho un perro
EN
David Hoberman, Tim Allen
Reparto principal de Cariño, estoy hecho un perro
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Cariño, estoy hecho un perro.
Críticas de la película
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“Cariño, estoy hecho un perro” (Love Actually) no es, precisamente, una joya de la comedia navideña. Si bien la película arrastra consigo la reputación de Richard Curtis y Emma Freud, los responsables de la serie original, esta entrega no alcanza el mismo nivel de ingenio y calidez que sus predecesoras. La trama, aunque inicialmente prometedora, termina resultando deslucida y con un ritmo desigual. La premisa –un ejecutivo de publicidad, interpretado por Tim Allen, que se transforma en perro– es inherentemente cómica y absurda, pero el guion no explota completamente su potencial, optando por un humor más plano y a veces forzado.
Tim Allen ofrece su habitual interpretación como el hombre de mediana edad, ligeramente torpe y con una sonrisa perpetua, pero aquí su actuación se ve limitada por la propia naturaleza de la historia. A pesar de intentar inyectar vida a un personaje que se debate entre la desesperación y la aceptación, la locura que le acarrea la transformación no le permite desplegar su rango actoral como si lo hubiera hecho en otras ocasiones. Otros miembros del reparto, incluyendo a Holly Hunter y Catherine Zeta-Jones, también se ven relegados a papeles secundarios que no les permiten brillar. Sin embargo, la dinámica entre Allen y su hija, interpretada con naturalidad por Britt Robertson, es, sin duda, uno de los puntos fuertes del film, aportando momentos genuinos de ternura y conexión familiar.
La dirección de Paul Feigin es competente, aunque carente de un estilo distintivo. El ritmo de la narración es inconsistente, saltando entre varias historias interconectadas que, en última instancia, no se unen de manera cohesionada. Algunas de las tramas secundarias, centradas en las relaciones románticas del protagonista, se sienten repetitivas y carentes de originalidad. Curiosamente, la película parece querer ser una sátira sobre las tradiciones navideñas, pero termina siendo más una colección de pequeñas historias amorosas que se suceden sin un mensaje claro. La ambientación y el vestuario son, en general, bien cuidados, contribuyendo a la atmósfera festiva, pero no logran compensar las carencias del guion.
En definitiva, “Cariño, estoy hecho un perro” es una película agradable pero olvidable. Ofrece algunos momentos de humor ligero y algunas escenas emotivas, pero carece de la profundidad y el ingenio que definieron las películas originales de Richard Curtis y Emma Freud. Es un entretenimiento discreto para ver en Navidad, pero no es una obra que vaya a dejar una marca duradera. A pesar de la calidad de Tim Allen, la película no logra alcanzar su máximo potencial y se siente como un intento fallido de replicar el éxito de su predecesora. Es una película que se consume con la menor atención posible.
Nota: 6/10
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