Cariño, yo soy tú (2017)

“Cariño, yo soy tú” (Love, Whatever) es una propuesta original, aunque no del todo exitosa, que se atreve a explorar las complejidades de las relaciones humanas, la identidad y, sobre todo, el humor negro. La premisa de la película –un error, un mágico y absurdo intercambio de cuerpos entre dos parejas secretamente enamoradas– es, en principio, hilarante y ofrece un terreno fértil para situaciones cómicas y reflexiones existenciales. Sin embargo, la ejecución, a pesar de sus momentos brillantes, se ve lastrada por algunos problemas de ritmo y una dirección que, a veces, carece de la sutileza necesaria para profundizar en el drama subyacente.

La película se beneficia enormemente de las actuaciones de sus protagonistas, Emma Stone y Paul Rudd. Ambos aportan una química palpable y una entrega que se nota. Stone, en particular, logra transmitir la vulnerabilidad y la confusión de Aimee de una manera convincente, mientras que Rudd, como Pierre, equilibra con maestría la frustración, la vergüenza y el humor que emanan de su situación. La dinámica entre ambos es el corazón de la película, y su interacción, llena de situaciones cómicas y momentos de genuina conmoción, es el principal atractivo. Las secundarias, aunque cumplen su función, no logran destacar con la misma intensidad.

El guion, escrito por Sundance Drolly y Mark Hess, presenta ideas interesantes, pero también se ve afectado por momentos de forzada comedia. Algunos diálogos, aunque ingeniosos, parecen diseñados para provocar la risa inmediata en lugar de surgir orgánicamente de la situación. El director, Harry Lefevre, se inclina por un estilo visual ligeramente estilizado, con una paleta de colores vibrantes que, aunque evocador, a veces distrae de la trama principal. La película se beneficia de un desarrollo lento, permitiendo la introducción gradual de personajes y la creación de una atmósfera de misterio que se disipa demasiado rápido al principio. El giro de la historia, aunque sorprendente, no se explora con la profundidad que merecía, limitándose a servir como catalizador para el caos cómico.

Si bien "Cariño, yo soy tú" no alcanza la altura de comedias de intercambio de cuerpos tan icónicas como "La Conjunción" (The Change-Up), ofrece un entretenimiento ligero y entretenido. Su éxito reside, en gran medida, en la capacidad de sus protagonistas para transformar un concepto absurdo en algo profundamente relatable, mostrando cómo las personas intentan mantener las apariencias y ocultar sus verdaderos sentimientos, incluso cuando sus vidas se vuelven completamente patas arriba. La película es una prueba de que la comedia puede ser inteligente, original y, sobre todo, humana. No es un hito del género, pero tampoco es un fracaso. Simplemente, es una peculiar y divertida aventura cinematográfica.

Nota: 7/10