Carlitos y Snoopy: La película de Peanuts (2015)

“Carlitos y Snoopy: La película de Peanuts” es un ejercicio de nostalgia que, a pesar de sus aspiraciones épicas, termina siendo un relato más dulce y suave de lo que su premisa sugiere. La película, adaptada de los icónicos cómics de Charles Schulz, se centra en la improbable y sentimental aventura de Snoopy, quien, impulsado por una secreta misión y un arrebato de valentía, se transforma en un aviador audaz, luchando contra el temible Barón Rojo. Paralelamente, su amigo Carlitos Brown experimenta una transformación personal aún más significativa al enamorarse de su nueva vecina, ofreciendo un contrapunto emocional a la trama principal.

La dirección de Steve Martino es cuidadosa y, en muchos momentos, efectiva. Se nota un esfuerzo por capturar la esencia visual de los cómics, utilizando un estilo de animación 3D que, aunque no alcanza la sofisticación de otros títulos del género, resulta agradable a la vista y ofrece un buen equilibrio entre el tono cómico y el dramático. La película no se atreve a ser agresiva ni con los efectos especiales, sino que busca la belleza en la simplicidad, en la expresión de las emociones a través de los gestos y las miradas. Sin embargo, a veces esta elección se traduce en una fluidez narrativa un tanto pausada, con secuencias de acción que no alcanzan la intensidad que se esperaría de un enfrentamiento contra el Barón Rojo, aunque la puesta en escena del vuelo, con vistas impresionantes y efectos climáticos, es visualmente atractiva.

Las actuaciones vocales son, en general, sólidas. Bill Murray, en el papel de Snoopy, aporta su característico humor y profundidad al personaje, equilibrando la comedia con momentos de melancolía y reflexión. Brian Hesse, como Carlitos Brown, logra transmitir la inseguridad y la torpeza de su personaje con un toque sutil y conmovedor. La nueva vecina, interpretada por Annie Potts, ofrece una presencia agradable y una química natural con Carlitos. Si bien el Barón Rojo, interpretado por Hank Azaria, carece del peso y la amenaza que se esperaría de un villano de dibujos animados, su presencia es suficiente para generar tensión y un elemento de peligro ocasional.

El guion, no obstante, es el área donde la película más notablemente carece de chispa. La historia, aunque llena de momentos emotivos y algunos chistes ingeniosos, se siente un tanto predecible y, en ocasiones, demasiado simplificada. El desarrollo de la trama de amor entre Carlitos y su vecina, aunque dulce, se siente apurado y carente de la profundidad que merecía. Además, se pierde en exceso en la recreación de episodios específicos de los cómics, sin darle un peso significativo a la narrativa principal. La película se queda en un territorio seguro, que apela a la nostalgia de los fans de “Peanuts”, pero que no logra trascender para llegar a un público más amplio. La película es un buen entretenimiento familiar, pero le falta la audacia y la originalidad para considerarse un clásico.

Nota: 6/10