Carmilla (2020)

“Carmilla”, la reciente adaptación de la clásica novela de vampiros de Bram Stoker, es una película que se atreve a abrazar la oscuridad y la sensualidad con una audacia sorprendentemente refrescante. Dirigida por Charlotte Bailon, la película no busca glorificar el terror tradicional, sino explorar las profundidades de la ambición, el deseo prohibido y la pérdida de la inocencia, elementos que definen la esencia de la novela original.

La película se centra en Miss Fontaine (interpretada magistralmente por Bárbara Lenni), una mujer atormentada por sus propios deseos reprimidos. Su encanto, su inteligencia y su sutil tristeza la convierten en una figura atractiva y, al mismo tiempo, inquietante. Lenni aporta una autenticidad palpable a su personaje, transmitiendo la complejidad de una mujer que lucha contra sus propios demonios internos mientras intenta guiar a la adolescente Lara (Thomasin McKenzie) a través de las dificultades de la adolescencia. La relación entre Fontaine y Lara es el corazón de la película: un vínculo de mentoría, de deseo latente y, en última instancia, de traición.

McKenzie, como Lara, ofrece una actuación sólida, capturando la vulnerabilidad y la creciente fascinación de la joven por la misteriosa Carmilla (Samantha Morton). Morton, en su papel, ofrece una interpretación sutilmente amenazante. No es una villana caricaturesca, sino una figura de poder silencioso, un enigma envoltorio en un aura de belleza y peligro. La química entre Morton y Lenni es fundamental para el éxito emocional de la película, generando una tensión constante que impregna cada escena. La película hace un uso inteligente del primer plano y del plano detalle para crear un ambiente de suspenso palpable, incluso en las escenas más aparentemente tranquilas.

La dirección de Bailon es precisa y evocadora, trabajando con una paleta de colores apagados y una fotografía de gran calidad que contribuye a crear una atmósfera gótica y opresiva. La película se beneficia de un diseño de producción impecable, con un entorno rural y aislado que refuerza la sensación de peligro y encierro. Sin embargo, el guion, aunque fiel a la esencia de la novela, podría haber sido más audaz en el desarrollo de algunos personajes secundarios y en la exploración de las motivaciones ocultas de Carmilla. La película se apoya demasiado en la sugerencia, lo que podría decepcionar a los espectadores acostumbrados a una narración más directa.

A pesar de sus pequeñas fallas, “Carmilla” es una adaptación valiente y visualmente atractiva de un clásico del terror. Es una película que se queda con el espectador mucho después de que terminan los créditos, invitándole a reflexionar sobre los límites del deseo, la fragilidad de la inocencia y la persistente fuerza de los secretos.

Nota: 7/10