Carpe Noctem (2022)

“Carpe Noctem” no es una película que te entretenga con efectos especiales o tramas vertiginosas. Es, en cambio, una meditación oscura y perturbadora sobre la fragilidad de la identidad, el poder corruptor de la ambición y la facilidad con la que la noche puede revelar la verdad más sombría que llevamos guardada. El director, Michael Winterbottom, se aleja deliberadamente del glamour de Hollywood para sumergirnos en un submundo de Los Ángeles febril, donde el brillo de la ciudad oculta una corriente subterránea de ilegalidad y desesperación.

La película se sostiene, en gran medida, en la química entre las dos protagonistas, Nina Bergman (interpretada por Holliday Grainger) y Trevor Torseth (Tom Cullen). Su relación se construye con una lentitud que, a primera vista, podría resultar tediosa. Sin embargo, esa deliberada construcción se convierte en el alma de la película. No se trata de una historia de amor convencional, sino de una conexión visceral y peligrosa, marcada por la vulnerabilidad y la búsqueda de escape en la intensidad del momento. Las actuaciones son sólidas y naturales; Grainger ofrece una interpretación cautivadora como una artista que lucha por mantener el control de su vida, mientras que Cullen transmite con matiz la complejidad de un hombre atormentado por su pasado. No obstante, el guion a veces se enfoca demasiado en la atmósfera opresiva, sacrificando un desarrollo más profundo de las motivaciones de los personajes.

El guion, a pesar de su fuerza narrativa en lo que respecta al desarrollo de la relación central, carece de la chispa que elevaría la película a un nivel superior. Si bien la ambientación en el submundo del tráfico de drogas es creíble y evocadora, la trama se vuelve, en ocasiones, demasiado inverosímil, especialmente en la introducción de la droga de control mental. La película explora temas interesantes, como la búsqueda de la fama, la adicción y la pérdida de la inocencia, pero a veces se siente como si estas ideas se presentaran de forma superficial, sin profundizar lo suficiente en sus implicaciones psicológicas. La fotografía, con una paleta de colores dominada por el azul y el violeta, contribuye a la atmósfera inquietante y decadente de la película. La banda sonora, minimalista y electrónica, refuerza la sensación de incomodidad y suspense. El ritmo, deliberadamente pausado, exige paciencia al espectador, aunque, finalmente, recompensa con sus momentos de intensa tensión y revelaciones impactantes.

En definitiva, “Carpe Noctem” es una película que se queda corta en su potencial, pero que compensa con una atmósfera palpable, interpretaciones sólidas y una exploración inquietante de la naturaleza humana. No es una película fácil, ni pretende serlo, pero es una experiencia cinematográfica que te obliga a reflexionar sobre las consecuencias de nuestras elecciones y la oscuridad que se esconde bajo la superficie.

Nota: 7/10