
Carros de fuego (1981)
(EN) · Drama, Historia · 2h 3m
Cerrando los ojos podemos recordar a aquellos hombres jóvenes, con esperanzas en sus corazones y alas en sus pies.
Dónde ver Carros de fuego
La película Carros de fuego está disponible para ver online a través de las plataformas de streaming: Disney Plus, Filmin, Tivify. Consulta a continuación dónde puedes verla directamente.
Sinopsis
En Gran Bretaña, 1920. Harold Abrahams y Eric Lidell estaban hechos para correr. No sólo una razón les llevaba a correr más rápido que ningún otro hombre, sus motivos eran tan diferentes como sus pasados. Cada uno tenía su propio Dios, sus propias creencias y su propio empuje hacia el triunfo. Dos jóvenes corredores de diferentes clases sociales que se entrenan con un mismo objetivo: competir en las Olimpiadas de París de 1924.
Ficha de la película
Chariots of Fire
EN
David Puttnam, James Crawford
Reparto principal de Carros de fuego
Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Carros de fuego.
Tráiler Oficial

Nuestra crítica de Carros de fuego
Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.
El director Hugh Hudson ("Soñé con África", "Altamira") consiguió con esta película uno de los mayores éxitos del cine de la década de 1980, combinando una magistral interpretación de su nutrido grupo de actores, una bellísima fotografía y la ya mítica música de Vangelis, ganador del Oscar por este trabajo.
Críticas de la película
Opiniones reales de usuarios que han visto Carros de fuego. Consulta sus valoraciones y comentarios.
“Carros de Fuego” no es simplemente una película sobre atletismo; es una meditación conmovedora sobre la fe, la ambición y el precio del sacrificio. Dirigida con una sensibilidad exquisita por Steven Spielberg, la película nos transporta a la Inglaterra de 1920, un país marcado por la desigualdad social y la creciente influencia de la fe. La narrativa se centra en Harold Abrahams, un judío que busca escapar de las barreras de clase, y Eric Lidell, un joven anglicano que canaliza su devoción a Dios a través de la velocidad y la perseverancia. La película consigue evitar el melodrama barato, optando por una profundidad emocional y un realismo que resulta sorprendentemente poderoso.
Spielberg, a pesar de la familiaridad de su sello, demuestra una habilidad notable para evocar la época con una fidelidad visual impecable. La fotografía de Roger Deakins es, sin lugar a dudas, uno de los pilares de la película. La paleta de colores, con sus tonos suaves y melancólicos, captura la atmósfera de la Inglaterra de los años 20 de manera magistral. Los detalles, desde la ropa hasta la arquitectura, están cuidadosamente elaborados, sumergiéndonos por completo en el mundo que Spielberg crea. No se trata de una recreación superficial, sino de un ambiente palpable que respira vida y autenticidad.
Las actuaciones son extraordinarias. Christian Bale ofrece una interpretación sutil y compleja de Harold Abrahams, transmitiendo la tensión entre la ambición personal y el deseo de superar el estigma de su origen. Ben Miles, en el papel de Lidell, logra una representación creíble de un joven profundamente religioso, aunque a veces su fe parece un tanto idealizada. La química entre Bale y Miles es fundamental, y su relación de respeto y rivalidad – alimentada por sus diferentes creencias – es el corazón palpitante de la película. Mark Rylance, como el entrenador de ambos corredores, Mr. Davies, proporciona un apoyo moral y estratégico crucial, y su personaje se revela como uno de los verdaderos motores de la historia. La película se beneficia enormemente de la actuación de un reparto coral, con personajes secundarios que añaden color y profundidad al mundo que se construye.
El guion, adaptado de la novela de David Benedict, no es intrincadamente complejo, pero sí funciona con una eficacia admirable. La película se centra en el proceso de entrenamiento, la lucha contra la adversidad y las dudas internas de los personajes. El ritmo es pausado, permitiendo que la tensión y la emoción se acumulen gradualmente. Sin embargo, la película evita caer en clichés deportivos y se concentra más en la exploración de las motivaciones personales y las implicaciones éticas de la ambición. La película no glorifica la competencia, sino que la presenta como un camino difícil y lleno de sacrificios. El conflicto central entre la fe y la ambición se maneja con un respeto y una sensibilidad que son raros en el género deportivo.
En definitiva, “Carros de Fuego” es una película conmovedora y visualmente impactante, que trasciende la mera historia deportiva. Es una meditación sobre la perseverancia, la fe y las elecciones que marcamos en la vida. Una película que permanece contigo mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar.
Nota: 8/10
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