Cars 3 (2017)

‘Cars 3’ no es una reinvención radical, ni tampoco una decepción total. La película, estrenada en 2017, es una continuación directa de la saga, y como tal, se sitúa en un punto medio, ofreciendo una experiencia familiar agradable pero que, a la larga, carece del impacto emocional y la innovación que caracterizaron a las primeras entregas. La historia, centrada en la creciente edad y el desafío físico de Rayo McQueen, es un tema relativamente predecible, pero la película lo aborda con un enfoque que, en última instancia, es conmovedor, aunque un tanto simplificado.

La dirección de Brian Fee es competente, y logra mantener un ritmo fluido, aunque la película se apoya excesivamente en la acción y los efectos visuales para llenar los huecos narrativos. El uso del color es impactante, como siempre en la franquicia, pero a veces se siente un tanto exagerado, buscando más la espectacularidad que el realismo. Sin embargo, la dirección logra transmitir bien el desgaste de Rayo McQueen, mostrando no solo su velocidad, sino también su cansancio y la lucha por mantener el equilibrio. Se hace evidente que el equipo técnico ha invertido en crear secuencias de carreras visualmente impresionantes, pero a veces se sacrifican los detalles que harían la experiencia más inmersiva.

Las actuaciones de voz son sólidas, y Owen Wilson como Rayo McQueen ofrece una interpretación convincente, logrando transmitir la frustración y el orgullo de un coche veterano que siente la presión del tiempo. Sally Carrera, nuevamente interpretada por Bonnie Hunt, aporta un contrapunto amable y sensato, y su relación con Rayo es uno de los pilares emocionales de la película. La incorporación de nuevos personajes, como Cruz Ramirez, interpretada por Kaitlyn Dias, es fundamental para el desarrollo de la trama y añade una capa de complejidad a la dinámica del equipo. Aunque su arco narrativo es algo predecible, Dias logra dar vida a un personaje ambicioso y con potencial, que ofrece una alternativa fresca a la experiencia de Rayo.

El guion, sin embargo, es donde la película más notablemente flaquea. Aunque la premisa de la película –un coche veterano que debe demostrar su valía a una nueva generación– es interesante, la ejecución es a menudo torpe. Los diálogos, por momentos, son forzados, y la trama se apoya demasiado en clichés del género. La lucha contra Jackson Storm, personificado por Nathan Fillion, es un antagonista unidimensional, y su motivación es poco convincente. Si bien la película explora temas como la adaptación al cambio y la importancia del aprendizaje, estas reflexiones se presentan de manera superficial y no profundizan en las implicaciones más amplias.

A pesar de sus defectos, ‘Cars 3’ es una película familiar entretenida, especialmente para los niños pequeños. La película ofrece una valiosa lección sobre la perseverancia y el trabajo en equipo, aunque el mensaje final es algo demasiado simplista. No es una obra maestra, ni tampoco un fracaso absoluto, y se queda en un lugar seguro dentro del catálogo de Pixar. Un punto medio que, al final, cumple su cometido de entretener y recordar la magia de Rayo McQueen.

Nota: 6/10