Casino Royale (1967)

“Casino Royale” (2006) no es simplemente un reinicio de la saga James Bond; es una redefinición del espía de Ian Fleming, un golpe de autoridad que se atreve a modernizar la franquicia sin traicionarle sus cimientos. Daniel Craig, en su primer papel como 007, ofrece una interpretación visceralmente compleja del personaje, alejándose de la caricatura glamurosa de Bond anteriores y dotándole de una vulnerabilidad que resulta sorprendentemente conmovedora. Este Bond no es un hombre que se dedica a la seducción casual; es un agente consumido por el pasado, atormentado por la muerte de Vesper Lynd y definido por un código moral propio, aunque a menudo desafiante. Su evolución a lo largo de la película es palpable, y Craig consigue transmitir esa amargura y ese deseo de redención con una intensidad que rara vez se ve en la pantalla grande.

La dirección de Martin Campbell, a quien le debemos obras maestras como “Dawn of the Dead: Rise of the Zombie Army” y “The Mask of Zorro”, es magistral. Campbell se centra en la acción realista y visceral, evitando los efectos especiales excesivamente grandilocuentes que abundaban en las entregas anteriores. Las escenas de combate son brutales y convincentes, con una fotografía que hace que cada puñetazo y cada disparo tenga peso. La película se distingue por un diseño de producción impecable, que consigue recrear con detalle el ambiente opulento y peligroso de Monte Carlo, así como el submundo criminal de Londres. Pero más allá de la estética, lo que realmente destaca es la atmósfera de constante peligro y tensión, donde incluso los momentos de ocio, como la partida de bádminton en el Casino Royale, se ven teñidos de una amenaza latente.

El guion, adaptado de la novela original de Fleming, se destaca por su sencillez y su eficacia. Evita las complicaciones innecesarias y se centra en la trama principal: la investigación de Bond sobre la SMERSH, el enfrentamiento con Renard y la lucha interna del agente por superar su pasado. Las subtramas, como la relación de Bond con Vesper Lynd, son sólidas y bien desarrolladas, aportando profundidad emocional a la historia. La película no rehúsa explorar los aspectos más oscuros de Bond, mostrando al agente como un hombre capaz de cometer actos horribles en nombre del deber, pero también como un hombre que se esfuerza por mantener su humanidad. La interacción entre Bond y su contacto, Felix Leiter, interpretado por Jamie Bond, es particularmente efectiva, aportando un contrapunto cómico y una representación de la amistad genuina a la oscuridad de la trama principal.

Las actuaciones son impecables en su conjunto, pero destacarían, sin duda, la de Eva Green como Vesper Lynd, un personaje que combina la seducción con la vulnerabilidad y la inteligencia, y la de Mads Mikkelsen como Le Chiffre, el financiero ruso que se convierte en el principal antagonista de Bond. Mikkelsen aporta una presencia inquietante y un control absoluto, demostrando ser un actor de calibre superior. En resumen, "Casino Royale" es una película que no solo revitalizó la saga James Bond, sino que la elevó a un nuevo nivel de calidad. Es una obra cinematográfica inteligente, emocionante y con un impacto duradero.

Nota: 8.5/10