Cazafantasmas: Más allá (2021)

“Cazafantasmas: Más allá” se presenta como una oportunidad de redescubrimiento para los fans de la saga, una especie de puerta de entrada a los orígenes de la franquicia. Y, en cierta medida, lo logra, aunque con un coste que puede decepcionar a aquellos que esperaban una secuela de acción y fantasmas en cada esquina. La película, dirigida por James Wan, se centra en Callie, una madre soltera que, tras una serie de eventos trágicos, se muda con sus hijos a Summerville, Oklahoma, un lugar que guarda un oscuro y olvidado secreto. La premisa, la conexión familiar con los Cazafantasmas originales, funciona bien como motor narrativo, pero la ejecución se siente a veces frágil y poco convincente.

El guion, en general, es desigual. Se esfuerza por integrar los eventos del Cazafantasmas II (1989) en la trama, pero la manera en que lo hace no es la más elegante. La historia se siente, a veces, como un montaje de elementos preexistentes en lugar de una evolución orgánica. Los momentos de tensión se ven interrumpidos por diálogos forzados y explicaciones que, más que aclarar, confunden aún más al espectador. La película también se pierde en detalles innecesarios, sacrificando el ritmo y la profundidad emocional por el simple hecho de acumular información sobre el pasado de la familia. La introducción del Hombre Malvavisco Stay-Puft es, particularmente, un añadido curioso que termina resultando más un guiño esporádico que una contribución significativa a la narrativa.

Sin embargo, la película no es un fracaso absoluto. La dirección de James Wan, experta en el género de terror sobrenatural, aporta un toque visualmente atractivo, utilizando la atmósfera rural de Oklahoma para crear una sensación de inquietud palpable. La banda sonora, con sus elementos electrónicos y melódicos, es efectiva en el desarrollo de la tensión y el suspense. Las actuaciones, en general, son decentes, aunque con excepción de Emma Myers, que interpreta a Phoebe con una energía contagiosa y una presencia convincente, las interpretaciones son un tanto planas. La interpretación de Victoria Pedretti como Callie es sólida, pero carece de la profundidad emocional que la historia requería.

Lo más destacable de la película es, sin duda, la interpretación de Emma Myers. Phoebe emerge como un personaje carismático y inteligente, y su conexión con el abuelo, interpretado magistralmente por Ernie Hudson, es uno de los puntos fuertes de la película. Myers logra transmitir una vulnerabilidad y un espíritu rebelde que anudan bien con el tono de la historia. Su capacidad para dar voz a la memoria de su abuelo y para conectar con los fantasmas es la que realmente da vida a la trama. En definitiva, "Cazafantasmas: Más allá" es una secuela que, a pesar de sus fallos, ofrece un espacio de reconocimiento a los fans, impulsado en gran medida por el talento de su protagonista. La película no redefine la saga, pero sí se aferra con fuerza a sus raíces, buscando un nuevo rumbo con un toque de nostalgia y un espíritu aventurero.

Nota: 6/10