Celebrity (1998)

“Celebrity”, la nueva película de Greg McGrath, es un ejercicio de estilismo y de observacionalismo que, paradójicamente, carece de la chispa que necesitaba para realmente enganchar. La historia, centrada en Lee Simon, un escritor de viajes y entrevistador del mundo del espectáculo a los cuarenta, explora con notable sutileza la alienación y la búsqueda de significado en una sociedad obsesionada con la fama y el consumo. Sin embargo, la película se ancla demasiado en su propio decoro, volviéndose un espejo reluciente de la superficialidad que critica, sin ofrecer una verdadera reflexión profunda sobre sus causas.

La dirección de McGrath es, sin duda, elegante y cuidada en cada detalle visual. La película se construye como una especie de cápsula del tiempo, documentando un fin de semana en el lujoso mundo de Hollywood, con un encuadre preciso y una paleta de colores que evocan el glamour decadente de la ciudad. Se presta gran atención a los pequeños placeres: un cóctel en un bar elegante, una conversación informal con un actor famoso, la contemplación de un atardecer desde una piscina infinita. Estas escenas, aunque inicialmente atractivas, terminan adquiriendo un tono repetitivo, generando una sensación de estancamiento que, aunque intencional, no es precisamente agradable. McGrath parece concentrarse más en recrear la *atmósfera* del lujo que en desarrollar una narrativa sólida.

Las actuaciones son sólidas, pero, a pesar de ello, el guion no les brinda el espacio para desplegar todo su potencial. Christian Bale entrega una interpretación desarmante como Lee Simon, un hombre que se siente invisible a pesar de estar rodeado de celebridades. Su mirada transmite un cansancio y una frustración palpable, pero la película no profundiza lo suficiente en sus motivaciones o en el trauma del divorcio. La película se apresura a presentar personajes interesantes, como el excéntrico productor musical (Tilda Swinton en una actuación breve pero memorable) y la enigmática amante de Lee (Kate Blanchett), sin darles el desarrollo necesario para que se conviertan en figuras memorables. La relación entre los personajes se siente superficial, casi como si solo fueran adoquines dispuestos para la decoración del escenario.

El guion, escrito también por McGrath, es la debilidad principal de la película. Aunque la premisa es interesante – un hombre que se siente atrapado en una vida que no es la suya – la ejecución es demasiado lenta y carente de ritmo. Los diálogos son elegantes pero poco reveladores, y las situaciones se desarrollan con una lentitud que, en conjunto, dificulta la inmersión del espectador. La película se limita a observar las costumbres y los vicios de Hollywood, pero no ofrece ninguna crítica social mordaz ni ninguna propuesta innovadora. En lugar de invitar a la reflexión, simplemente ofrece una crónica visual de un ambiente que ya conocemos.

En definitiva, "Celebrity" es una película visualmente atractiva pero narrativamente vacía. Un ejercicio de estilismo que, aunque recrea con precisión el glamour y la superficialidad de Hollywood, carece de la profundidad emocional y el impacto que necesitaba para dejar una huella duradera en el espectador. Es más una fotografía de un momento en el tiempo que una obra cinematográfica significativa.

Nota: 6/10