Cha ma (2019)

“Cha Ma” no es simplemente un thriller psicológico; es una inmersión profunda en la atmósfera sombría y la melancolía de un pasado que se niega a morir. Dirigida con maestría por Đặng Thái Trang, la película se erige como un ejemplo de cómo el terror genuino reside en la sugestión y la construcción lenta de la tensión, más que en sustos baratos o gore. La película se centra en la recién llegada, Vân (interpretada con una sutil pero potente fuerza por Phương Anh Đào), quien se ve arrastrada al laberinto de secretos de la Hacienda de Cha Ma, una propiedad imponente y llena de ecos de tragedias pasadas. Desde el primer momento, la dirección crea una sensación palpable de incomodidad, utilizando la fotografía y el diseño de producción para resaltar la desolación y el aislamiento del lugar.

La película no se basa en la acción para mantener al espectador al borde del asiento, sino en la exploración de las complejidades psicológicas de sus personajes. Vân, como figura moderna y racional, se encuentra en constante conflicto con la energía palpable de la Hacienda y la leyenda local, Đan Trường (interpretado con una presencia imponente por el actor vietnamita Lê Bình). Su interacción, cargada de una tensión casi física, es el corazón del guion. El guion, escrito por Trang và Lê Quốc Nam, si bien a veces se permite por momentos un ritmo un tanto lento, es excepcionalmente efectivo en la creación de suspense y en el gradualmente revelación de la historia. La narrativa no se adscribe a convenciones de géneros comunes, sino que se permite ser ambigua, proponiendo interpretaciones y dejándola abierta a la reflexión posterior. No obstante, la trama se construye con una meticulosa atención al detalle, revelando piezas del rompecabezas a un ritmo estratégico que mantiene el interés sin frustrarlo.

Las actuaciones son, en general, sobresalientes. Phương Anh Đào aporta una vulnerabilidad cautivadora a Vân, transmitiendo tanto el miedo y la confusión como la creciente determinación de descubrir la verdad. Sin embargo, es Lê Bình quien realmente se destaca. Su interpretación de Đan Trường es magistralmente sutil, otorgando al personaje una atmósfera de misterio y malevolencia innegable. El actor, a través de una mirada y un gesto, comunica una historia de dolor y resentimiento que se extiende a lo largo de generaciones. El resto del elenco contribuye con sólidas actuaciones, pero la química entre Đào y Bình es la que realmente impulsa la narrativa.

“Cha Ma” es una película que se queda en la mente mucho después de que los créditos finales han pasado. No es un thriller convencional; es una meditación sobre el peso del pasado, la naturaleza del trauma y la dificultad de escapar de las sombras que nos persiguen. La dirección, la actuación y el guion convergen para crear una experiencia cinematográfica inquietante y memorable. Es una película que invita a la reflexión y que, sin duda, quedará grabada en la memoria del espectador.

Nota: 8/10