Chalet Girl (2011)

“Chalet Girl” no es una película que deje una huella imborrable, pero tampoco es una decepción total. Dirigida por Sean Baker, conocido por su sensibilidad en obras como “Room”, la película nos presenta a Kim Matthews (Felicity Jones) como una figura contrastante: una skater excepcional que se ve catapultada a la sociedad de lujo de los Alpes suizos para cuidar de su padre enfermo. La premisa, que podría haber resultado torpe, se maneja con una honestidad refrescante, evitando caer en clichés del género melodrama o comedia romántica. Baker consigue mostrar la transformación de Kim con naturalidad, documentando su paso del skate al esquí, a la alta cocina, sin artificialidad.

Jones ofrece una actuación sólida y convincente. Evita la parodia y se sumerge en el personaje, transmitiendo con intensidad la confusión, la inseguridad y el deseo de independencia de Kim. La química entre Jones y la actriz Suki Waterhouse, que interpreta a la elegante y sofisticada Chloe, es notable. Aunque la relación romántica entre ellas es un elemento central de la trama, la película no se concentra excesivamente en el sentimentalismo, sino más bien en la exploración de las diferencias culturales y la adaptación de Kim a un entorno completamente ajeno. La película logra capturar, de una forma sutil, la soledad y el aislamiento de Kim, a pesar de su nueva vida. Es un personaje admirable en su búsqueda de autenticidad, confrontando los valores de su entorno con su propia identidad.

En cuanto al guion, destaca por su dirección artística y su fotografía, que evocan con gran belleza el paisaje alpino y la atmósfera lujosa de los chalets. El uso de la cámara en mano, habitual en la filmografía de Baker, ofrece una perspectiva más íntima y personal, situando al espectador en la piel de Kim. Sin embargo, el guion carece de profundidad y la trama se siente un poco superficial. Los diálogos son funcionales pero poco memorables, y algunos aspectos de la vida de los personajes, como su proceso de adaptación a la alta cocina, se presentan de forma apresurada. Se podría haber profundizado en las motivaciones de los personajes, especialmente en el de Chloe, y en la dinámica familiar de Kim. La película se centra en la experiencia de Kim en sí, pero podría haber explorado más las consecuencias de sus decisiones y su relación con su padre.

A pesar de sus defectos, “Chalet Girl” es una película agradable y con una estética cuidada. Es una mirada interesante, aunque no revolucionaria, al mundo del lujo y a la búsqueda de la identidad. No es una obra maestra cinematográfica, pero sí una película que merece la pena ver para apreciar la sensibilidad de Sean Baker y la sólida actuación de Felicity Jones. La banda sonora, minimalista pero efectiva, complementa muy bien la atmósfera general de la película. Es un disfrute visual y una pequeña ventana a un universo que, a menudo, se oculta a la mirada del público.

Nota: 6/10