Chappie (2015)

“Chappie” es una película que, a primera vista, se presenta como una fábula sobre la inteligencia artificial y el desarrollo moral. Sin embargo, tras una revisión más profunda, emerge un experimento cinematográfico interesante, aunque no del todo exitoso. La película, dirigida por nieman Davis, se adentra en un futuro distópico donde la omnipresente tecnología, personificada por un sistema de policía automatizado, lucha contra el crimen. La trama se centra en Chappie, un droide de policía modelo que, tras un robo, es reprogramado y comienza a adquirir consciencia propia, dando lugar a una jornada de autodescubrimiento y aprendizaje moral. Este concepto inicial, intrínsecamente atractivo, es la base sobre la que se construye una narrativa compleja pero a menudo desconcertante.

El trabajo de nieman Davis como director es evidente en la puesta en escena, que, aunque es artificial, logra crear una atmósfera opresiva y futurista. Las luces neón, los edificios desolados y las calles mojadas de Johannesburg son visualmente impactantes y contribuyen a la sensación de un mundo al borde del colapso. La banda sonora, compuesta por Danger, es un elemento fundamental, incorporando ritmos electrónicos y elementos de house que se adaptan perfectamente al ambiente general y a las diferentes etapas del desarrollo de Chappie. La dirección de los efectos especiales es notable, especialmente en la representación del androide, que transmite una gran gama de emociones a través de sus movimientos y expresiones faciales, aunque en algunos momentos la CGI resulta un poco forzada.

El núcleo de la película reside en la interpretación de Sharlto Copley como Chappie. Copley ofrece una actuación magistral, logrando con gran habilidad transmitir la evolución del personaje desde un droide programado para obedecer hasta un ser con sus propias dudas, miedos y anhelos. Su capacidad para expresar emociones con un vehículo artificial es asombrosa y, sin duda, el punto más fuerte de la película. El resto del elenco, aunque competente, no llega a alcanzar el mismo nivel. Vin Diesel, en un papel relativamente limitado, aporta una presencia imponente, pero su personaje se siente algo caricaturesco y poco desarrollado.

Sin embargo, la película se complica con un guion que, en ocasiones, se pierde en divagaciones innecesarias. La trama secundaria, centrada en el crimen organizado y el enfrentamiento con los traficantes de drogas, se siente torpe y poco integrada en la historia principal. La exploración de temas como la moralidad, la libertad y la naturaleza de la inteligencia artificial, aunque interesantes, no se desarrollan con la profundidad que merecen. La película, por tanto, a veces se siente como un intento ambicioso de abordar conceptos complejos sin la herramienta narrativa adecuada. A pesar de ello, “Chappie” ofrece momentos memorables y plantea preguntas relevantes sobre el futuro de la humanidad y la tecnología, aunque su ejecución final no sea totalmente satisfactoria.

Nota: 6.5/10