Cherry 2000 (1987)

“Cherry 2000” es una película que, a pesar de su premisa futurista y el atractivo de la estética retro-futurista, termina siendo un ejercicio de estilo sobre un concepto interesante pero mal ejecutado. La película, estrenada en 2000, se presenta como una peculiar fábula de amor y supervivencia en un mundo donde los autómatas son la norma, un mundo donde el cariño humano se ha vuelto un lujo inalcanzable. La historia sigue a un joven ejecutivo, cuyo afecto se centra en su Cherry 2000, un modelo de autómata considerado obsoleto, que se avería y lo obliga a emprender un viaje peligroso a la Zona 7, un territorio sumido en la pobreza, el crimen y la desesperación.

La dirección de Jack Cardiff es, sin duda, el punto fuerte de la película. Su trabajo visual es absolutamente cautivador, recreando con maestría una estética que evoca a las películas de ciencia ficción de los años 50 y 60, con una paleta de colores desaturados, escenarios industrializados y un uso inteligente de la iluminación que contribuye a crear una atmósfera opresiva y melancólica. La puesta en escena es meticulosa y la banda sonora, una mezcla de jazz y música electrónica, acompaña a la perfección la sensación de alienación y aislamiento que impregna la narrativa. Sin embargo, esta belleza visual a menudo parece sobrepasar la sustancia, convirtiendo la película en un ejercicio de sofisticación formal que rara vez se justifica con una historia profunda.

Las actuaciones son correctas, pero no sobresalientes. Christopher Walken ofrece una interpretación icónica como el ejecutivo, transmitiendo de manera efectiva la vulnerabilidad y el desencanto de su personaje. Sin embargo, la actriz que le da vida a la mujer que lo ayuda, Daryl Hannah, se limita a desempeñar un papel de soporte, carente de la profundidad necesaria para justificar su importancia en la trama. Su presencia es efectiva en cuanto a estética, pero su interpretación es más superficial y no logra conectar emocionalmente con el espectador.

El guion es el verdadero problema de la película. La premisa, la búsqueda de repuestos para un autómata, es interesante, pero la historia se desenvuelve de forma lenta y repetitiva. Se introduce una serie de personajes secundarios que parecen más arquetipos que individuos con motivaciones propias. La exploración de la sociedad de la Zona 7, con su violencia y su desolación, es superficial y no aporta nada nuevo a la temática de la inteligencia artificial y su impacto en la humanidad. La película se centra demasiado en la atmósfera y el estilo, descuidando el desarrollo de la trama y la construcción de los personajes.

En definitiva, "Cherry 2000" es una película visualmente impactante, pero carente de sustancia y profundidad. Ofrece una experiencia estética interesante, pero no logra enganchar al espectador a un nivel emocional o narrativo. Es un ejemplo de cómo la forma puede ser más importante que el contenido, aunque no siempre de forma positiva. La película, aunque hoy en día pueda parecer un producto interesante para los coleccionistas de cine retro-futurista, en su conjunto no logra consolidarse como una obra memorable.

Nota: 6/10