Chhakka Panja 3 (2018)

“Chhakka Panja 3” no es una obra maestra cinematográfica que redefinirá el género, pero sí que ofrece una experiencia cinematográfica nepalí refrescante y, en cierta medida, necesaria. Dirigida por Deepa Shree Niraula, la película continúa la saga de los detectives peculiares, ‘Chhakka Panja’, y se adentra, como sus predecesoras, en las entrañas de Katmandú, revelando un lado oscuro y corrompido de la capital. El guion, a pesar de ser algo predecible en sus giros argumentales, logra mantener el interés gracias a la particularidad de los personajes y la atmósfera que crea. La película no se toma la debida seriedad y, esa es precisamente su fortaleza: utiliza el humor negro y la exageración para criticar la corrupción policial y la impunidad que impregnan la sociedad nepalí.

La dirección de Deepa Shree Niraula es notable. Logra un equilibrio interesante entre las escenas de acción, que son sorprendentemente elaboradas para una producción local, y los momentos cómicos, donde la química entre Kedar Ghimire y Priyanka Karki, como los líderes del equipo policial, es innegable. Su interpretación, aunque a veces caricaturesca, aporta un dinamismo y una autenticidad que anudan con el público. El trabajo de los efectos visuales, también, merece una mención; lejos de ser un problema común en la producción cinematográfica de Nepal, se presentan con solidez y sin perder la calidad necesaria para realzar la acción.

Sin embargo, el guion, aunque divertido, a veces cae en clichés del género thriller criminal. Algunos de los personajes secundarios, aunque presentados con cierto carisma, resultan algo unidimensionales y sus motivaciones no siempre están bien desarrolladas. Se intuye la intención de explorar temas complejos, como la desigualdad social y la violencia, pero la profundidad de la reflexión, a pesar del humor, no alcanza siempre lo que podría esperarse. No obstante, la película destaca por la forma en que retrata la policía, mostrando sus defectos, sus absurdos y, en algunos momentos, su indignidad, pero también su capacidad de hacer lo correcto, a pesar de todo. Jeetu Nepal, como siempre, aporta un toque de irreverencia y sabiduría, convirtiéndose en un personaje recurrente que, a pesar de sus excentricidades, transmite una verdad incómoda.

En definitiva, “Chhakka Panja 3” es un entretenimiento sólido, con un tono refrescante y una mirada crítica hacia la realidad nepalí. No es una película que marque un antes y un después, pero sí que ofrece una experiencia visual y sonora agradable, con actuaciones convincentes y una dirección que sabe captar la esencia de sus personajes. Es una película que, en un contexto donde el cine nepalí aún lucha por visibilidad internacional, merece ser vista como una muestra de la creatividad y el talento que se encuentran en el país.

Nota: 7/10